Este lunes, falleció Francisco Alberto Beverido Duhalt, actor, director, docente e impulsor del teatro en Veracruz. Con una trayectoria de más de cinco décadas, Beverido deja un legado profundo en la escena teatral local y nacional.
Fue fundador del Centro de Documentación Teatral Candileja, A.C., colaborador de la revista especializada Tramoya, y figura clave en la creación de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV), donde también se desempeñó como profesor y formador de generaciones.
Desde su juventud, Beverido participó activamente en las artes escénicas. Su primer acercamiento fue en Córdoba, su ciudad natal, y más tarde en Xalapa, donde se integró a la Compañía Titular de Teatro de la UV y dirigió sus primeras obras, entre ellas El Periquillo Sarniento y Cuauhtémoc.
En 1976, con la fundación de la Facultad de Teatro de la UV, se consolidó el proyecto educativo que colocó a Xalapa como un referente nacional en artes escénicas. Beverido participó en su consolidación como espacio formativo, al lado de académicos como Jorge Ortiz y María Antonieta Pellicer.
También coordinó durante varios años los talleres libres de actuación en el Teatro La Caja, un semillero para futuras generaciones de artistas escénicos.
En 1995 fundó Candileja, A.C., el único centro de documentación teatral en Xalapa. Su acervo reúne libretos, carteles, programas de mano, grabaciones y recortes de prensa que documentan el 90?% de la actividad teatral local desde 1947.
Además, fue subdirector y colaborador de Tramoya. Cuaderno de Teatro, publicación especializada fundada en 1975 y única en su tipo en Latinoamérica por centrarse en guiones teatrales de autores de distintas generaciones y nacionalidades.
Beverido identificó tres momentos clave para el teatro xalapeño: entre 1953 y 1957 con Dagoberto Guillaumin; de 1965 a 1967 con Manuel Montoro; y de 1973 a 1981 bajo el rectorado de Roberto Bravo Garzón. En la actualidad, destacaba que existen más de 100 estrenos teatrales al año en la ciudad.
“El teatro nos ofrece una interpretación distinta del mundo”, afirmó en una entrevista con Universo, medio de la UV. “Aunque uno puede acercarse a estas visiones a través de otros medios, la ventaja del teatro es que la acción se vive en tiempo real”.
Para Francisco Beverido, el teatro era su vida. “Cada función es distinta, incluso si se trata de la misma obra. Esa es la magia del teatro”, sostuvo. Reconocía que el futuro de las artes escénicas era desafiante frente a nuevas formas de consumo cultural, pero defendía su valor formativo y crítico.
Insistía en que el teatro debe inculcarse desde la infancia y ser parte de la educación básica. “Si el teatro desaparece, perdemos esa emoción viva, y nos quedamos con la interpretación superficial y unívoca de la televisión”.
Fuente y foto: AVC