¿Cómo es posible que mi propia familia me quiera m4t4r?

Imagen ¿Cómo es posible que mi propia familia me quiera m4t4r?

Por: Redacción xeu

Jóvenes de la comunidad LGBT+ han sido violentados por su propia familia al grado de estar a punto de perder la vida a manos de sus propios padres, en el país.

Pavel Flores, de 22 años de edad, narró su lamentable caso al diario el Universal, tras haber sido amenazado y violentado por su propio padre, al grado de herirlo con un cuchillo por ser parte de la diversidad sexual y se cuestiona que cómo es posible que su propia sangre quiera matarlo por ser de la comunidad LGBT+.

Y es que relató que estuvo a punto de perder la vida en julio pasado, en el poblado de Tres Marías, en el municipio de Huitzilac, Morelos, a manos de su padre José Flores Nicolás.

Narró que se encontraba instalando una cámara en su casa cuando su papá lo abordó en estado alcoholizado y le dijo: “Qué bueno que están matando putos”, para posteriormente trasladarse a casa de su hermana para agredirla, al igual que a su madre, quien se encontraba con ella, y amenazarla: “Voy a matar a tu hermano ¿Cómo quieres que te lo entregue: en pedacitos o de tal forma que lo reconozcas?”

La hermana de Pavel lo llamó inmediatamente para que fuera a recogerla junto con su madre, ya que su padre José Flores Nicolás, en compañía de otros familiares, acudió a su casa para agredirla.

Pavel arribó a la casa de su hermana en medio de los insultos y uno de sus tío que acompañaba a su padre, sacó un arma de fuego y su padre, José Flores Nicolás, sacó un cuchillo con el que alcanzó a herirlo en la pierna izquierda pero gracias a que estaba demasiado borracho, cayó al suelo y no pudo consumar el asesinato de su propio hijo.

Vecinos y varios testigos solicitaron la presencia de la policía, que arribó al lugar, su padre pudo huir y ante las exigencias de todos de que lo detuvieran, los uniformados lo dejaron escapar.

Pavel interpuso una denuncia ante la fiscalía, espera que se haga justicia; su padre está prófugo pero anda como si nada en el pueblo, sin que nadie lo detenga.

Al joven solo le fue proporcionado un botón de pánico, que fue instalado en su casa y que tiene que presionar si vuelve a estar en peligro para que la policía llegue. Hoy vive con miedo y reflexionando que está seguro de que no busca ni quiere una reconciliación con su padre porque si intentó matarlo una vez: ¿Quién le asegura que no puede intentarlo otra vez?

El Universal

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