Votar este 2 de junio es mucho más que una competencia entre opciones políticas. La opción que encabeza Xóchitl Gálvez representa el valor del trabajo y la superación; ella es una candidata diferente, llega por exigencia ciudadana, es una mujer que no necesita del poder porque es una empresaria exitosa, ha superado la discriminación y la violencia familiar, y también ha podido transformar su pequeño negocio en una empresa tecnológica. La oportunidad de que gobierne quien ha superado los obstáculos a los que se enfrenta un pequeño empresario es una oportunidad única, y por eso no podemos ser indiferentes al abandano en el que Morena mantiene a quienes trabajamos y producimos.
De ahí que una de las propuestas económicas de Xóchitl Gálvez sea crear la Agencia Nacional para el Emprendimiento, la Innovación y la Productividad, la cual tendrá como propósito atender a los pequeños negocios, atraer y crear fondos de capital semilla, asesoría técnica, mentoría y vinculación con los sectores productivos estratégicos y el comercio exterior. A través de este organismo se podrá dar acompañamiento y apoyos a tres sectores estratégicos para el desarrollo: pequeños negocios, emprendimientos sociales y negocios de alto impacto relacionados con ciencia, tecnología e innovación.
Para entender mejor la importancia de esta propuesta haré un recuento de lo que ha pasado en los ultimos años. La política Pyme inició en los sexenios de los presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, a través de una Subsecretaría para la Pequeña y Mediana Empresa, la cual formaba parte de la Secretaría de Economía del Gobierno Federal y contaba con recursos presupuestales asignados para desarrollar diversos programas dirigidos a este segmento. Desde 2004 hasta 2013, la Subsecretaría contó con el Fondo Pyme, el cual concentró los recursos presupuestales de la Subsecretaría para poder canalizarlos a los diversos programas antes mencionados.
Sin embargo, con el paso de los años las autoridades pudieron comprobar que las reglas y procedimientos exigidos por la Secretaría de Hacienda era muy compleja y lenta, y los programas de apoyo a las Mipymes exigían una entrega de recursos fiscalizable, pero expedita y sin complicaciones.
Así lo dictaba también la experiencia internacional, pues los modelos más exitosos contaban con instituciones desconcentradas o descentralizadas de los respectivos Gobiernos Nacionales, tal es el caso de la Small Business Administration de Estados Unidos, la Small and Medium Business Administration de Corea del Sur, The Small and Medium Enterprise Agency de Japón y SME Europe, entre muchos otros.
Asi en 2013, México crea por decreto presidencial el Instituto Nacional del Emprendedor, convirtiéndonos en el país de Latinoamérica con el mayor progreso y promoción en la creación de nuevos negocios (startups). Se invirtieron más de $40 mil milllones y se apoyaron a casi 5 millones de Mipymes y emprendedores, generando 6 mil nuevos negocios y casi 80 mil empleos.
Si bien la política Pyme no era suficiente y quizás perfectible, el peor escenario posible era desaprecer los avances alcanzados. Y eso precisamente fue lo que hizo Morena, que con su llegada desapareció el INADEM y los fondos creados, sustituyéndolos por su programa de tandas del bienestar que poca fiscalización tuvo y que ha sido catalogado como uno de los peores programas sociales de este gobierno.
Hoy, 9 de cada 10 Pymes consideran que no hay apoyos del Gobierno Federal para desarrollar sus negocios; por eso Xóchitl Gálvez creará la nueva gran Agencia Pyme para el emprendimiento, la innovación y la productividad. En México será más fácil que nunca abrir un negocio, se eliminarán las barreras administrativas que ha impuesto Morena y sus gobiernos, y aprovecharemos el más grande recurso con que cuenta México en este siglo: el talento de nuestra gente.
