Es placentero disfrutar del crecimiento de los realizadores plásticos y sobre todo sopesar cuales de sus constantes y enunciados los equilibran en su sintaxis compositiva para optimizar su comunicación con los otros.
En Lili Flores su oficio de Diseñadora Gráfica le ha posibilitado esta evolución, pero es, su pasión por la fotografía y la pintura lo permisible para superar retos visuales.
Hemos observado paulatinamente los aciertos y fortalezas de Lili por encima de los obstáculos de experimentación, disyuntiva de cualquier profesional de este género, no exenta de tropiezos en cuyos linderos, sale triunfante, como quedo manifiesto en su incursión en el arte utilitario a través de cojines, bandas, mascadas y chales con motivos propios de su sello: las criaturas marinas.
Tal sentido o mejor dicho fijación, nos ubicará como voyeristas y degustadores de arte a encontrar la concomitancia entre la obra de Lili , con una amplia simbología.
Por un lado la del cristianismo pues pelícanos y peces son emblemas cristianos. El primero es abnegación y caridad, representa a Cristo en su pasión y los peces ICHTHUS en griego llevan las iniciales de Jesus Cristos Theo Uios Soter, Jesús Hijo de Dios y por ello los primeros seguidores de su doctrina, se identificaban con un pez, para evitar persecuciones y crímenes.
La otra recurrencia son las palmeras y el agua de sal, tal como si se describiera un lugar especial…una ÍTACA, como la del canto de Kavafis,donde todos algún día llegaremos:
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
Pide que el camino sea largo de aventuras y experiencias….
Pide que el camino sea largo…que muchas sean las mañanas de verano…en que llegues-con qué placer y alegría-
A puertos nunca vistos antes…
O tal vez creyendo como cita Borges “…el arte es esa Ítaca de verde eternidad y de prodigios…”
Solo así tornaremos a lo sagrado y mágico, cruzando umbrales, espejos multicolores , referente de oasis plástico, a lo Lili Flores.