Opinión

Origen y configuración de Morena

Por Guillermo Torres Quiróz


Cuando se llega al poder político, en muchas ocasiones los ideales con los que se accedió ya sean por la vía democrática o incluso por alguna otra circunstancia, son eliminados o modificados. El Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y su fundador, Andrés Manuel López Obrador no son la excepción.

Creado en el viejo Sistema Político Mexicano (SPM), AMLO ha cambiado su narrativa según las circunstancias. Desde su paso por la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal siempre se mostró como un político cercano al pueblo, sin mayores pretensiones y con la bandera de la honestidad.

En la candidatura presidencial del 2006, midió sus fuerzas y se radicalizó en su operación política. Se dio el lujo de rechazar apoyos provenientes de actores del propio SPM que por pragmatismo querían seguir en el poder como lo pudieron hacer algunos en el sexenio de Vicente Fox, o regresar, pues estaban en la banca.

Algunos de los operadores de AMLO de ese momento como Jesús Ortega (la cabeza de la corriente Nueva Izquierda del PRD conocida como los “Chuchos”) reconocen que la derrota se dio en gran medida por la inocencia de AMLO de pensar que podría el “solito” contra el aparato del SPM del que el mismo ha sido parte. Es todavía emblemático el discurso en la protesta postelectoral donde mando al “diablo a las instituciones”.

En 2012 la estrategia fue cambiando con la moderación del discurso, se convirtió en promotor de la “república amorosa”. Pero la campaña electoral lo obligó a regresar, lo que le generó simpatías en el pasado; su discurso radical contra la corrupción y su señalamiento crítico contra lo que el nombró “mafia en el poder”. Pero nuevamente fracasó para llegar al poder, a diferencia del 2006, ni siquiera voltearon a verlo para negociar con él, pues era muy evidente que Enrique Peña Nieto era el candidato del SPM y tenía un triunfo asegurado.

Ya desde 2011, AMLO en los hechos fuera del PRD, había empezado a gestionar la creación de MORENA en donde había dejado claro que era un Movimiento y no exactamente un partido tradicional. La operación original fue atraer a grupos sociales identificados con la izquierda que no sentían simpatías por el PRD o por el SPM. De forma natural se sumaron movimientos ambientalistas, indígenas, feministas y pro LGTB.

El proceso electoral del 2018, tuvo un terreno perfecto para AMLO y su discurso. La corrupción de la administración de Peña Nieto y el ambiente de frustración generado por una serie de sucesos como el caso Ayotzinapa, la Casa Blanca y el “gasolinazo” por mencionar algunos, fueron clave, pero además se abrieron las puertas para su triunfo.

Pero para asegurar la victoria tenía que pactar con el SPM, de esa forma llegaron figuras como el empresario Alfonso “Poncho” Romo, el ex jefe de gobierno Marcelo Ebrard, el Partido Encuentro Social (PES) de Hugo Erick Flores, la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, el viejo político Manuel Bartlett o los ex dirigentes panistas Germán Martínez Cazares y Manuel Espino entre otros.

Estas alianzas provocaron que se cedieran espacios en MORENA y después en el gobierno. Se moderó un poco el discurso, pero eso generó que adentro del partido la división de grupos se acrecentara. Nacieron entonces los “puros”, quienes se sienten los herederos del “Lopezobradorismo” pues su lealtad al

fundador es indiscutible por eso el celo a los “arribistas”, Claudia Sheinbaum su mayor representante. Por otro lado, de forma natural surgió otra corriente, los “neomorenos”, a diferencia de los puros, no están cohesionados, son pragmáticos y su existencia es coyuntural, Marcelo Ebrard el más emblemático de ellos.

Al iniciar la administración de AMLO, se formó otra corriente política entorno a la oficina y cercanía del presidente, el cual era encabezado originalmente por el consejero jurídico, Julio Scherer Ibarra. Conocido como el grupo “Presidencia” en el que también interactúan el vocero presidencial; Jesús Ramírez Cuevas, Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa del presidente y sus hijos mayores. Con la salida de Scherer y la llegada de Adán López a la Secretaría de Gobernación, el grupo cambió de cabeza e incluso han impulsado la figura del ex gobernador de Tabasco como posible candidato presidencial en 2024.

Por su naturaleza en el cargo, como coordinador de la bancada de MORENA en el Senado, se formó el grupo de Ricardo Monreal, el más pequeño en presencia, pero consistente por su papel clave en el poder legislativo.

Pero la gran pregunta que debemos hacernos, ¿Qué pasará cuando un partido que nació en torno a la figura de una persona, pierda a su fundador? Ese es parte del dilema, pues no solo habría muchos huérfanos, sino que la lucha por el poder provocará una crisis a causa de la pérdida de identidad sujeta a solo una personalidad.

Ese es el reto de MORENA y de AMLO, trascender más allá de los dichos y frases, sin olvidar su origen y su presente.