Opinión

La actitud lo es todo: destaca con valor

Por Genoveva Javier Pérez


Determinación y valor son dos cualidades que se vuelven cada vez más valiosas e imprescindibles a medida que una persona crece y asume nuevas responsabilidades. Aunque no es lo mismo enfrentar el miedo a la oscuridad que a un huracán, la actitud y la forma de abordar esos miedos determinan el resultado, no solo en el presente, sino también en el futuro. Para el cerebro, el miedo es simplemente miedo, sin importar si es provocado por una habitación oscura o por una tormenta devastadora. Reaccionará de manera similar en ambas situaciones.

En imagen pública, siempre enfatizamos que la imagen física debe ser congruente con el interior de una persona. Construir una reputación sólida basada únicamente en la apariencia es como construir un castillo de arena. Por eso es crucial trabajar desde la esencia del individuo, proyectando lo que realmente es hacia el exterior.

¿Por qué es tan relevante todo esto? Vivimos en tiempos de incertidumbre, especialmente ante los cambios políticos y de gobierno que afectan nuestras vidas en diferentes esferas, como la economía y el trabajo. Al final de una administración, tu empleo podría estar en riesgo, enfrentando la incertidumbre de mantenerlo o perderlo. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de usar tus talentos y habilidades para buscar algo mejor. Pero mientras esperas esa oportunidad, es probable que primero llegue la adversidad.

Hace algunos años, aprendí de Don Miguel Quintana Pali, uno de los empresarios más importantes de México y presidente de Grupo Xcaret, que en la vida es esencial ser como las palmeras durante los huracanes. Aunque el viento huracanado parece doblarlas, al final se mantienen firmes, resistiendo lo que un árbol frondoso no pudo. A simple vista, una palmera parece frágil, incapaz de soportar un huracán, pero su flexibilidad la mantiene en pie.

Esto lo comprobé en 1986, durante el huracán Gilberto, uno de los más devastadores en la historia de Cancún. Era una niña en aquel tiempo, y ver la ciudad convertida en una zona de desastre fue terrible, no solo para mí, sino para muchos más que también estaban allí de vacaciones. El impacto fue tan grande que, al regresar a casa, un empresario tabasqueño sufrió un infarto debido al miedo que experimentó.

Esto nos demuestra hasta qué punto somos capaces de enfrentar situaciones que no podemos controlar. Hay un proverbio oriental, atribuido al sabio Salomón, que dice: “Cuando las nubes están cargadas, viene la lluvia. Un árbol puede caer hacia el norte o hacia el sur, pero donde cae, allí queda”. Este proverbio se puede entender mejor así: “La naturaleza sigue sus propias leyes. También en la esfera moral hay leyes. Si el árbol cae, no podemos determinar hacia dónde lo hará durante un huracán. Hay que prepararse para la tormenta de la mejor manera posible y luego adaptarse a ella, en lugar de intentar dominarla”.

Cualquiera sea la adversidad que se presente, no debemos renunciar a la lucha, sino aceptar las cosas como son y seguir adelante con valor. Sin embargo, es importante recordar que algunos eventos están más allá de nuestra capacidad de control.

La vida está llena de imprevistos, pero no deben desalentarnos ni hacer que perdamos nuestra determinación. ¿Te imaginas a un gobernante admitiendo que tiene miedo sin saber qué hacer ante un desastre natural inminente, como un huracán? Esto sería difícil de ver, porque quien lo hiciera vería cómo su imagen pública se desmorona rápidamente. No por el miedo en sí—porque es válido tener miedo—sino porque dejar que el miedo nos incapacite no es aceptable.

Por eso, la determinación y el valor se convierten en herramientas imprescindibles para salir adelante.

¿Cómo enfrentas tú el miedo y la adversidad en tu vida diaria? Reflexiona sobre tus estrategias para enfrentar desafíos. Tu valor y determinación pueden inspirar a otros a mantenerse firmes en medio de las tormentas.

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