Recientemente, el poder legislativo ha aprobado un nuevo paquete de reformas que impactan profundamente en la estructura y funcionamiento de la Guardia Nacional en México.
Al respecto, Emilio Vizarretea, experto en seguridad nacional, señaló que uno de los aspectos más destacados de la reforma es que la Guardia Nacional queda completamente adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional, lo que significa que sus funciones y atribuciones están claramente vinculadas al ámbito militar.
Por otro lado, destacó que la Secretaría de Seguridad Pública mantiene la dirección estratégica del país, mientras que la operación queda en manos de las Fuerzas Armadas.
Esto, dijo, ha generado discusiones sobre la posible creación de un cuerpo policial similar a la Policía Federal, con unos 30,000 elementos destinados a tareas de seguridad, investigación y operación directa.
Otra modificación importante tiene que ver con los cuadros de inteligencia y la participación de militares en la política.
"Se está permitiendo que los militares puedan participar en elecciones, en cargos legislativos o ejecutivos, como candidatos a presidencias municipales, diputaciones o gubernaturas.", explicó el analista.
La reforma elimina la necesidad de que los militares se separen de sus cargos 90 días antes de participar en la vida pública, permitiendo que puedan hacerlo incluso un día antes de la elección, lo cual ha generado preocupación sobre la influencia militar en los procesos democráticos.
¿Es una militarización total?
El experto aclara que, aunque algunos argumentan que la seguridad está totalmente militarizada, hay elementos que moderan esa percepción. Por ejemplo, el secretario Harfuch mantiene cierta dirección operativa, lo que, según Vizarretea, "disminuye la carga de militarización".
Sin embargo, advierte que la dependencia de las Fuerzas Armadas del mando supremo, la presidenta, sigue siendo un tema delicado, ya que "bajo un mando militar, la Guardia Nacional y algunas áreas de inteligencia mantienen esta cadena de mando dependiente del secretario de la Defensa."
En cuanto a las operaciones encubiertas, interceptación de comunicaciones y uso de usuarios simulados, Vizarretea confirma que estas prácticas continúan, ya que no son nuevas. Además, señala que la Guardia Nacional ahora tiene funciones de investigación, integrando en sus tareas análisis y recopilación de información, con un marco legal que ya vincula a las Fuerzas Armadas en estos ámbitos.
Emilio Vizarretea añadió que la reforma a la Guardia Nacional representa un cambio profundo en la estructura de seguridad en México, con un fuerte énfasis en el control militar y en la participación de las Fuerzas Armadas en ámbitos que antes eran exclusivos de las instituciones civiles, lo que podría afectar la democracia y los derechos de la sociedad mexicana.
