La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, descartó este lunes un incremento al precio de los combustibles tras la escalada bélica en Oriente Medio y el impacto del posible cierre del estrecho de Ormuz, al asegurar que el país ya produce su propio combustible.
“México tiene la ventaja de que el petróleo que producimos en México ya prácticamente todo se refina en nuestro país”, expuso la mandataria mexicana durante su conferencia de prensa diaria.
Con las ocho refinerías actuales, “alcanzaría para producir toda la gasolina y el diésel que requiere nuestro país”, expuso la gobernante mexicana al ser cuestionada sobre el posible incremento en el costo de los combustibles por el conflicto en Oriente Medio.
Sheimbaum expresó que “se ha disminuido mucho la importación de combustibles” gracias a la adquisición de Deer Park, en Texas, una de las mayores refinerías del mundo capaz de producir 340.000 barriles diarios, según la estatal Petróleo Mexicanos (Pemex)
Junto a esta factoría, destacó el “trabajo que se está haciendo en las seis refinerías que ya existían en nuestro país” y en la planta de Dos Bocas (estado de Tabasco).
“Todavía hay una parte de turbinas que quizás se tenga que importar, pero todo lo demás está garantizado y se sigue trabajando en ello. ¿Eso qué nos hace? Pues soberanos”, expuso la mexicana.
Sobre el posible aumento del precio de la gasolina, la presidenta explicó que “México tiene un mecanismo para que no aumente la gasolina en el país”, aunque sí que lo podría hacer debido a que la referencia del precio del combustible es internacional.
Con la aplicación de un subsidio a través del IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), mediante el cual se otorgan subsidios para evitar alzas en el precio al consumidor, “entraría en vigor en caso de que hubiera un aumento en el precio internacional de la gasolina mayor”.
Israel e Irán continuaron este lunes intercambiando ataques aéreos mientras el conflicto entra en una nueva fase a la espera de la respuesta de Teherán al bombardeo de Estados Unidos a sus instalaciones nucleares, lo que ha puestos a la región en un nuevo pico de tensión.
El posible cierre del canal de Ormuz por parte de Teherán, un punto de importancia estratégica que separa las costas de Irán y Omán, supondría el corte en el transporte de un tercio de la producción mundial de crudo y también de gas.