Los obispos del país congregados en Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un posicionamiento en solidaridad con los migrantes que “están sufriendo persecución y violencia en estos días en varias ciudades de Estados Unidos y pidiendo se respete la dignidad y los derechos de todos”.
Destaca que “unidos a todas las personas de buena voluntad, especialmente a quienes están sufriendo en estos difíciles momentos, pedimos a Dios que, por intercesión de la Madre de Guadalupe, nos ayude a comprender que todos somos hermanos y a construir juntos un mundo mejor”.
A continuación el texto:
COMUNICADO ANTE LA SITUACIÓN EN LOS ÁNGELES, CALIFORNIA
Con dolor y preocupación seguimos con atención la complicada situación que se ha suscitado a raíz de las redadas masivas para detener a migrantes indocumentados y las manifestaciones que en respuesta se han dado en Los Ángeles, California, y que se ha extendido a otros lugares, como San Francisco, California y Austin, Texas.
Como bien ha señalado Mons. José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, si es verdad que nadie desea la presencia de delincuentes en sus comunidades, es necesario distinguir que, aunque algunos migrantes indocumentados cometan actos delictivos, no todos los migrantes indocumentados son delincuentes. Es más, la gran mayoría de los migrantes indocumentados contribuyen al bien de las comunidades en las que viven y trabajan.
Esta necesaria distinción, que hace posible superar confusiones que lleven a cometer errores, permite ver con claridad la realidad y tomar decisiones adecuadas en beneficio de todos. Decisiones que, para los creyentes, deben estar iluminadas por la Palabra de Dios, que ha dicho: «No debe haber diferencias entre el extranjero y ustedes» (Nm 15, 16). «Da a los forasteros -comenta san Agustín- lo que recibirás en tu patria» (Sermón 86, 10).
La solución a la migración indocumentada requiere múltiples acciones conjuntas. Entre ellas, un sistema de inmigración que permita hacer las cosas bien, sin tener que recurrir a otros caminos que solo terminan complicando la vida de todos. De ahí la exhortación del Papa León XIV: «Nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona... sean estos ciudadanos o inmigrantes» (Discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, 16 de mayo de 2025).
Unidos a todas las personas de buena voluntad, especialmente a quienes están sufriendo en estos difíciles momentos, pedimos a Dios que, por intercesión de la Madre de Guadalupe, nos ayude a comprender que todos somos hermanos y a construir juntos un mundo mejor.