El Senado de Estados Unidos confirmó el jueves a Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud de la administración Trump. Considerado un defensor de la visión de "Hacer que EEUU vuelva a ser saludable", Kennedy tomará el control de 1,7 billones de dólares en gastos federales, recomendaciones de vacunas y seguridad alimentaria, así como programas de seguro médico para aproximadamente la mitad del país.
Los republicanos apoyaron a Kennedy a pesar de las dudas sobre las opiniones de Kennedy sobre las vacunas, votando 52-48 para elevar al descendiente de una de las familias políticas —y demócratas— más históricas de Estados Unidos a secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
El senador por Kentucky Mitch McConnell, que tuvo polio cuando era niño, fue el único voto por el "no" entre los republicanos, reflejando sus posiciones contra las elecciones de Trump para jefe del Pentágono y director de inteligencia nacional.
Todos los demócratas se opusieron a Kennedy. El Partido Republicano ha adoptado en gran medida la visión de Kennedy de “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable” al ordenar a las agencias de salud pública que se centren en enfermedades crónicas como la obesidad.
Kennedy, de 71 años, cuyo nombre y tragedias familiares lo han puesto en el centro de atención nacional desde que era un niño, se ha ganado un formidable número de seguidores con sus opiniones sobre los alimentos, los productos químicos y las vacunas.
Su audiencia solo creció durante la pandemia de COVID-19, cuando Kennedy dedicó gran parte de su tiempo a una organización sin fines de lucro que demandó a los fabricantes de vacunas y aprovechó las campañas en las redes sociales para erosionar la confianza en las vacunas, así como en las agencias gubernamentales que las promueven.
Con el respaldo de Trump, Kennedy insistió en que estaba “en una posición única” para revivir la confianza en esas agencias de salud pública, que incluyen la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades(CDC) y los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
VOA/ doh