Es momento de buscar los caminos del desarrollo, paz social y justicia en Veracruz: iglesia

Imagen Es momento de buscar los caminos del desarrollo, paz social y justicia en Veracruz: iglesia

Actuar bajo principios claros y precisos tiene grandes beneficios en la vida personal y social. Las emociones ayudan mucho en la vida, pero son pasajeras e inestables y no favorecen la estabilidad y progresividad de proyectos sociales que abonen al desarrollo integral. Conviene entonces superar cualquier tipo de improvisación y desaseo cuando se trata de cuestiones fundamentales para el crecimiento y desarrollo de la persona y de la colectividad. Hoy es la gran oportunidad para todos los veracruzanos de aportar y ofrecer lo mejor de sí mismo, desde el lugar que cada uno ocupa, para que unidos busquemos los caminos del desarrollo, la paz social y la justicia. Nunca será suficiente actuar con responsabilidad, inspirados en los principios y derechos fundamentales, para construir la sociedad solidaria y progresista que se merecen los veracruzanos.  Podremos mejorar constantemente nuestras condiciones de vida.

El bien y perfeccionamiento de la persona requieren continuidad, gran sentido de responsabilidad y verdadero profesionalismo en el manejo de los abundantes recursos de nuestro estado veracruzano. Pronto vendrán los tiempos en que se convocará a cada ciudadano, para que construyamos los espacios que nos sirvan para alcanzar las más grandes metas para la realización humana, que se traducen en una vida digna libre de violencia y de desigualdades de todo tipo.  

El principio del destino universal de los bienes y su uso son fundamentos que alumbrarán el modo de organizar y elegir, con leyes justas y normas necesarias, los proyectos de desarrollo que implique los modos adecuados para hacer llegar los abundantes recursos de Veracruz a todos de forma justa y libre. La Doctrina Social de la Iglesia habla de ambos principios en estos términos: “Destino y uso universal no significan que todo esté a disposición de cada uno o de todos, ni tampoco que la misma cosa sirva o pertenezca a cada uno o a todos. Si bien es verdad que todos los hombres nacen con el derecho al uso de los bienes, no lo es menos que, para asegurar un ejercicio justo y ordenado, son necesarias intervenciones normativas, fruto de acuerdos nacionales e internacionales, y un ordenamiento jurídico que determine y especifique tal ejercicio (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, número 173). Las normas y leyes son necesarias para que todos tengamos los necesario para vivir con dignidad y justicia en un estado de derecho, conocido y respetado por todos, sin descartar a nadie, ni privilegiar a ninguno.

Editor: Alonso Talavera Fernández
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