Hace casi tres años, el actor Bruce Willis, ícono del cine de acción y protagonista de la saga Duro de matar, anunció su retiro definitivo de la actuación tras ser diagnosticado con afasia. Meses después, su familia confirmó que el actor padecía demencia frontotemporal (FTD), una enfermedad neurodegenerativa que afecta progresivamente el lenguaje, la conducta y las funciones motoras.
Desde entonces, la evolución de su estado de salud ha sido seguida de cerca tanto por fanáticos como por medios de comunicación. Sin embargo, en semanas recientes han circulado rumores preocupantes sobre su condición actual. Algunos medios sensacionalistas aseguran que Willis ya no puede hablar, leer ni caminar, e incluso lo describen como completamente incapacitado. Estas versiones, sin embargo, no han sido confirmadas por la familia ni por fuentes oficiales.
Lo que sí se sabe con certeza es que Bruce Willis enfrenta una etapa avanzada de su enfermedad. La familia ha compartido, en distintos momentos, que el deterioro es progresivo. Su hija Rumer explicó recientemente que ya no puede tener “conversaciones significativas” con su padre, aunque resaltó momentos de conexión emocional, como cuando él sonríe al ver a su nieta. Por su parte, Tallulah Willis ha declarado que su familia ha aprendido a “encontrarse con él donde está”, lo que refleja un enfoque de acompañamiento amoroso y aceptación.
La demencia frontotemporal no tiene cura, y su tratamiento se centra en aliviar los síntomas y en crear un entorno que brinde calidad de vida al paciente. En el caso de Bruce Willis, su familia ha priorizado el cuidado en casa, rodeado de sus seres queridos y con apoyo terapéutico.
Por ahora, no existe evidencia concreta que confirme la veracidad de los informes más alarmistas sobre su condición física y cognitiva. La familia ha optado por mantener la privacidad y el respeto durante este proceso, y ha pedido en reiteradas ocasiones que no se difundan especulaciones sin sustento.
mb
