Ana Emilia del Ángel Aguilar, egresada de la Licenciatura en Estadística, quien fue la ganadora del Premio “Arte, Ciencia, Luz” con un estudio sobre la distribución del VIH en Veracruz, pide erradicar la desinformación sobre el virus.
En entrevista explicó que inicialmente el trabajo de tesis que tenía como objetivo identificar zonas vulnerables y comprender los factores sociales asociados a la presencia de la enfermedad.
Ahora que ha destacado con la concentración de datos y análisis de la información, sería importante que la Secretaría de Salud tomara en cuenta la investigación para emprender políticas públicas que ayuden a enfrentar la problemática.
"Espero que a las autoridades (encargadas) de la salud pública les interese este tema tanto como a mí y se pueda reforzar la información sobre el VIH, las formas de contagio y cómo podemos prevenirlo".
Consideró que lo que hace falta es voluntad por parte del gobierno para analizar las áreas de oportunidad a partir de los estudios que existen sobre el Virus de Inmunodeficiencia Humana entre la población, pues existen varios trabajos que abordan el asunto.
"Y también tomar en cuenta esas comunidades rurales que casi no son tomadas en cuenta, son dejadas a la deriva y no se por qué razón las autoridades no las toman en cuenta si también tienen muchos casos de VIH" y existen serias deficiencias de información.
Cabe destacar que su investigación fue reconocida con el Premio “Arte, Ciencia, Luz” al mejor trabajo recepcional del Área Académica Económico-Administrativa, en la categoría de Licenciatura.
Para poder realizarla se basó en un análisis espacial aplicado a los 212 municipios del estado de Veracruz con la finalidad de identificar zonas de mayor y menor presencia de casos de VIH entre 2020 y 2023.
Examinó variables sociodemográficas como el índice de pobreza, el rezago social y el tamaño poblacional, así como características relacionadas con la enfermedad: edad y sexo de los enfermos.
Una de las conclusiones es que existe una relación significativa entre el índice de pobreza y la presencia de la enfermedad, esto es, las zonas rurales —caracterizadas por una mayor desinformación y menor acceso a servicios de salud y educación sexual— presentaron mayor vulnerabilidad ante el virus.
