El 2024 está a unas horas de concluir, con ello daremos paso a un nuevo ciclo, a una nueva oportunidad para alcanzar los objetivos y cumplir aquellos deseos que anhelamos o que no alcanzamos a concretar en el año que termina.
Para ello, en México, como en otras partes del mundo, se llevan a cabo rituales como el hecho de comer 12 uvas a la medianoche de la Noche Vieja, es decir, el 31 de diciembre.
“La última noche del año está atribuida a San Silvestre, entonces hay un conjunto de tradiciones que son occidentales; algunas tradiciones no son nuestras”, comentó la promotora cultura, Ivonne Moreno.
En entrevista para XEU Noticias, indicó que la tradición “nuestra, hablando de aspectos regionales y sobre todo veracruzanos, es El Viejo, en cuanto al Fin de Año”.
La investigadora señaló que la costumbre de las 12 uvas “está concatenada con cada mes del año, y cada vez que finaliza un año”.
Consideró que este 2024 es un año atribulado por la situación de violencia en México, en el mundo por los recientes aéreos, así como los conflictos bélicos en Medio Oriente, el conflicto entre Ucrania y Rusia; además de fallecimientos de algunos personajes, como el ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter.
Entonces, agregó, “queremos dar un final tranquilo al año que se va, pero este final tranquilo tiene que ver también con la reflexión, como sucede en la Nochebuena”.
Ivonne Moreno agregó que la noche del 31 de diciembre “es más mundana, dedicada por años a San Silvestre, y que mucha gente, en distintas partes del mundo reciben con algarabía, juegos de bengala, luces al por mayor, tiradas del cielo a la tierra, con la esperanza de que renueve nuestra vida”.
Y destacó que, “atado a comer las 12 uvas y, (pedir) que nos vaya bien cada mes del año, de enero a diciembre de 2025, también debemos poner de nuestra parte”.
Indicó que, según marca la tradición, “supuestamente, esos minutos últimos de la noche vieja te deben tomar ingiriendo las 12 uvas, que es muy difícil porque te atragantas. Despedir el 2024 e iniciar el 2025 comiendo las uvas, pero no te da tiempo de hacer todo”, por lo que se debe comenzar minutos antes.
La promotora cultura reiteró que lo importante es la reflexión interior, “cambiar nosotros, porque solo así podemos dar lo mejor que tenemos hacia los demás, hacia los semejantes”.
Detalló que se establece un propósito por cada uva que se come, “así dice la costumbre: cambiar de trabajo, mejorar en salud, el deseo para la familia, para la armonía, para los amigos”.
Ivonne Moreno indicó que hay quienes escriben esos propósitos para no olvidar alguno, “también hay una linda costumbre, para los que nos gusta escribir, de hacer un pequeño texto de lo que te molestó en el año y quemar; y tener otro texto para lo que quisieras”, abundó.
