Los restos de la antigua muralla que rodeaba Veracruz y que recientemente fueron descubiertos podrían ser exhibidos al público en general una vez que se concluya la construcción de la Plaza Heroísmo Veracruzano, a un costado del malecón de la ciudad.
El miércoles representantes de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) Veracruz y directivos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se reunieron para abordar el tema y plantear una propuesta.
Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, director general de Asipona, afirmó que en el encuentro se comprometieron a presentar un proyecto para poder tener a la vista los vestigios.
"Vamos a hacer una ventana en lo que se va a exhibir los restos de la muralla y se va a simular cómo era la muralla en aquel entonces y otros asuntos, todo lo relativo", del lado de la avenida Landero y Coss.
Indicó que las obras no afectarán a ninguno de los locatarios que trabajaban en el demolido mercado de artesanías Miguel Alemán Valdés.
Hasta el momento la obra del gobierno federal lleva un avance de aproximadamente el 74 por ciento en los 50 días que han laborado en la zona, desde el momento que se derrumbó la construcción que antes estaba.
Aunque no hay una fecha oficial para su inauguración, existe la posibilidad de que la Plaza sea inaugurada el 21 de abril del 2025, fecha conmemorativa por la invasión norteamericana de 1914.
Cabe recordar que con los trabajos que se realizan para construir la denominada Plaza Heroísmo Veracruzano, a un costado del malecón de Veracruz, quedó al descubierto una parte de la muralla que rodeaba a la antigua ciudad.
La muralla comenzó a construirse en mayo de 1683 después de los ataques de piratas, específicamente del de Laurent de Graff, un filibustero neerlandés, también conocido como Lorencillo por su baja estatura.
Hasta el momento de su conclusión la muralla tenía una longitud de 2.5 kilómetros, una altura de 3.34 metros y un espesor de 84 centímetros aproximadamente.
Estaba construida de mampostería, cal y canto; poseía numerosas aberturas verticales llamadas "aspilleras" (aberturas verticales, estrechas y profundas, practicada en algunos muros o murallas defensivas, así como en las torres de los castillos) desde donde los soldados podían disparar sus fusiles.
En los primeros años del México independiente seguía funcionando como una protección para la ciudad, sin embargo, a partir de 1873 con la llegada del ferrocarril hubo la necesidad de abrir una parte de ella para que pudiera entrar al Puerto.
Otro de los problemas es que evitaba que las corrientes de aire fresco recorrieran el interior de la ciudad; algunas partes se llenaban de arena y la gente podía cruzar de un lado a otro por las montañas que se formaban.
Fueron el alcalde Domingo Bureau y los regidores Francisco Canal y José González Pagés quienes visitaron al presidente Porfirio Díaz para solicitarle la demolición de la muralla porque era administraba la Secretaría de Guerra y Marina.
El permiso fue concedido y el 14 de julio de 1880 a las 4:00 de la tarde el Ayuntamiento de Veracruz hace una ceremonia solemne encabezada por el cuerpo edilicio, comerciantes y habitantes acompañados de la Banda de Música Municipal, para comenzar a derribarla.