“Nadie es profeta en su tierra”, es una popular y muy usada expresión que tiene un origen bíblico y que hoy ha quedado en duda tras el reconocimiento que le hizo el pueblo veracruzano a Yuri.
La exitosa cantante, quien fue coronada como Reina de la Alegría en el marco del Carnaval de Veracruz, superó todas las expectativas; miles de personas la ovacionaron en los dos desfiles en donde tuvo la oportunidad de presentarse.
El bulevar Manuel Ávila Camacho se convirtió en el escenario más extenso para la carrera de la artista, desde ahí recibió aplausos y el reconocimiento de una ciudad que se siente orgullosa de lo que ha logrado.
Fueron poco más de 5 kilómetros que recorrió en ambos sentidos durante dos días; comparsas, batucadas y bastoneras, ex soberanos y la Corte Real acompañaron a su Reina.
“Nací con luna de plata el poeta tenía razón sólo Veracruz es bello que viva la tradición”, dice una de las estrofas de la canción que compuso y se hizo oficial para las fiestas carnestolendas, nada más que cierto.
Como decía Agustín Lara, el “rinconcito donde hacen su nido las olas del mar” fue el que la cobijó con aprecio incomparable, con amor jarocho, con calor de hogar.
Cientos de familias salieron solo para verla, allá arriba, en la cima, en la cumbre, a donde la ha llevado el esfuerzo, dedicación, pero sobre todo el talento que demostró desde niña, cuando una “Manzana Eléctrica” hacía vibrar al público.
En un espectacular y novedoso carro, con pantallas Led en donde se proyectaba su imagen, tecnología de punta que impresionó a más de alguno brillaba la estrella: Yuridia Valenzuela Canseco.
Habían pasado más de tres décadas desde que la coronaron por primera vez, ese momento quedó plasmado en la memoria del colectivo veracruzano que en los últimos años pedía que repitiera.
No se había podido, pero la intención estaba latente, hasta que para la edición número 100 del Carnaval recibió la invitación y sin dudarlo dijo que sí.
La promesa se cumplió, fue la Reina de la Alegría, rescató a la máxima fiesta de los veracruzanos, su presencia fue vital, emocionó a miles, marcó un precedente y dejó un legado que vivirá en el recuerdo de los suyos.
Yuri, profeta en su tierra.
Foto: Fotos Benn Tejeda Photography/
