El odontólogo Aurelio Salazar, reconocido por ser historiador de Porfirio Díaz fue víctima de un robo en su propia casa.
El doctor Aurelio Salazar, de 91 años, contó a XEU Noticias que este martes, él se encontraba en su hogar cuando una mujer ingresó para supuestamente rentar un cuarto para su hermano, después de una plática, salió a comprar un refresco y le invitó, después de ello no se acuerda de nada, despertó a las 5 horas y estaba en la última recámara de su casa somnoliento.
Dijo que él había arreglado dos habitaciones y puso un letrero que se alquilaba para estudiantes varones, el martes se presentó una señora como de 50 años que dijo tener un hermano odontólogo, que trabaja en el hospital general, dijo que quería ver el cuarto en renta.
Le hizo plática sobre pacientes y amistades de Aurelio Salazar y le creyó. Aunque el sobrino de Aurelio Salazar le dijo que le daba mala espina la señora, Aurelio Salazar la defendió diciendo que era muy educada, que era cristiana y se confió, le mostró el cuarto y hasta la dejó pasar al baño de su propia recámara.
Ella hasta le pidió una foto suya actual, pero no tenía porque el doctor no le gustan las fotos.
Finalmente le dijo que tenía sed, que iba por un refresco, regresó y le invitó la bebida, eran las 6 de la tarde y los últimos recuerdos eran que estaba con ella en el patio, finalmente despertó hasta las 11 de la noche en otro sitio de la casa.
Como a las 11 de la noche despertó porque llegó su nieto con su mamá y le gritaban porque se sorprendieron de que la casa estaba a oscuras. Él despertó y revisaron su casa, se dieron cuenta que se llevaron su televisor.
Sin embargo, lo que más le preocupa es que se llevaron la lista de 40 personas con sus teléfonos que seguido les llama y teme que les contacten diciéndoles alguna mentira de él, por lo que les pide no creer en nada de lo que les pidan.
En conclusión, se llevaron la televisión que tenía 3 meses de que se la habían comprado, se llevaron las llaves de atrás de su casa y la lista de teléfonos de sus principales contactos, por lo que hace un llamado a sus conocidos que no crean nada si les llegan a llamar de su parte.
