Se llama Fernando Alberto González López, es un veracruzano que en el año 2017 se encontraba trabajando en la Ciudad de México cuando sobrevino el sismo que ocurrió a las 13:14 horas del martes 19 de septiembre de ese año, tuvo una magnitud 7.1 y su epicentro se localizó a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, Morelos.
Ese día, casualmente no fue a trabajar ya que tenía una un compromiso familiar.
Alberto es soldador y se encontraba laborando en la construcción de la ampliación del metro, de la línea que va de Mixcoac a Observatorio, sus compañeros que ese día sí fueron a trabajar vivieron momentos de terror ya que se encontraban a 60 metros bajo tierra cuando ocurrió el temblor y como pudieron, incluso a rastras lograron salir a la calle.
Al siguiente día, cuando Alberto se presentó a trabajar nuevamente los comisionados al colegio Rebsamen para apoyar en las labores de rescate de sobrevivientes.
Como soldador, le tocó cortar vigas de acero para apuntalar el colegio y poder sacar a los menores y a los maestros que estaban atrapados.
Dijo que si bien no le tocó rescatar a las personas, contribuyó con su labor para poder liberarlas, tanto a víctimas como sobrevivientes.
Al siguiente día continuaron sus labores de apoyo en un edificio de la colonia Narvarte, el cual aunque no se desplomó, había quedado muy dañado.
El con otros dos trabajadores tuvieron que ocupar una máquina especial para eliminar un alambrado para que pudieran ingresar rescatistas de Israel y un perro especializado en rescates para buscar sobrevivientes y lo sorprendente es que el perro iba y regresaba, iba y regresaba, cuando el perro no regresa es porque se queda al lado de una persona sobreviviente, pero el perro siempre regresó, lo cual quiso decir que no había vidas que salvar.
Alberto dice que tras los hechos, cambió su manera de ver la vida, reconoce que esta puede cambiar en un dos por tres.
Alberto recuerda que cuando ocurrió el sismo de 2017, él se encontraba en un edificio de la SEP haciendo un trámite, fue algo impactante, que le causó terror, recuerda que al principio todos estaban tranquilos y guardando la calma, hasta que una empleada salió corriendo y gritando y todo se volvió un caos.
Sugirió a la gente que en caso de desastre por sismo guarden la calma, contengan el miedo, de lo contrario la situación se pone peor y se vuelve un caos, ya que espantan a la demás gente y la situación se puede salirse de control.