En los últimos años, en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río se ha observado una sobrepoblación de pericos, que con el paso del tiempo podría ocasionar un impacto ambiental.
La presidenta de Birds&Nature AC, Coordinadora del Programa de Aves Urbanas de la Conabio para Boca del Río y Alvarado, Paula Pineda, afirmó que se trata de una plaga del Perico Monje Argentino (Myiopsitta monachus).
Es una especie exótica y no endémica de la región, su presencia fuera de control es por introducción del ser humano, explica en entrevista la especialista en aves.
“Llegó porque para proteger a las especies locales se prohibió su compra, venta, tenencia, porque todas están en peligro de extinción porque al humano le gusta tener un loro en su casa.
Entonces a la hora que se hizo la prohibición para proteger a las especies locales se empezó a importar el Perico Monje Argentino”.
El problema se desató cuando por falta de obligación u omisión de cuidados las aves comenzaron a escapar de las viviendas y a reproducirse, lo que ocasionó que se multiplicaron de manera importante.
Cada perico hembra anida comúnmente cuatro veces al año, un número elevado en contraste con lo que ocurre con los nativos en el País que lo hacen una sola ocasión en el mismo periodo.
Consecuencias
Una de las consecuencias es que puede desplazar a la fauna y afecta al ecosistema de la región porque “pelean por lugares de anidación, alimento y territorio”.
Además, “secan árboles porque sus nidos son muy grandes y llegan a afectar estructuras (…) Entonces sí se puede considerar una plaga ante la que no se han tomado acciones para corregir el problema”
Soluciones
Con el objetivo de evitar que se sigan reproduciendo en cantidades importantes, es necesario que las personas quiten los nidos, porque en muchas ocasiones los “protegen” creyendo que es lo correcto.
En otros países las autoridades han optado por alimentarlos con insumos que contienen esterilizantes, pero el problema es que lo pueden llegar a consumir otras especies.
Cabe recordar que en España se ha registrado un fuerte problema porque las cotorras argentinas se han multiplicado en el 2015; la situación es tan preocupante que incluso llegaron a permitir el exterminio, decisión criticada por algunos ambientalistas.