La presidenta Claudia Sheinbaum decidió eliminar el impuesto del 8% a los videojuegos considerados violentos, el cual estaba previsto para aplicarse en 2026, debido a la falta de criterios técnicos claros para determinar qué contenidos podrían ser clasificados como violentos, informó Guillermo Pérezbolde, director de la agencia MenteDigital.
En entrevista para XEU, el especialista explicó que la propuesta generó preocupación en la industria digital y de videojuegos, ya que no existía un mecanismo objetivo para definir qué videojuegos serían sujetos al gravamen. “No hay forma, al menos ahorita, de determinar o quién va a determinar si es violento o solo es un videojuego de acción”, señaló.
Pérezbolde detalló que para aplicar un impuesto de este tipo se requerirían parámetros técnicos complejos que permitieran evaluar si un videojuego realmente provoca efectos negativos, especialmente en menores de edad. Ante esta falta de condiciones, el gobierno federal optó por retirar la medida. “Considerando esto, decidieron retirar este impuesto”, explicó.
No obstante, aclaró que la eliminación no significa que el tema quede cerrado definitivamente. “Ahora lo que sigue es la discusión sobre cómo determinar y establecer esos parámetros técnicos, porque en realidad es una cuestión técnica”, indicó.
El director de MenteDigital subrayó que el impacto económico del impuesto habría sido considerable, tomando en cuenta que México es el mayor consumidor de videojuegos en América Latina y el décimo a nivel mundial.
“Imagínate que le agregues un impuesto adicional, sí sería algo fuerte para esta industria”, afirmó, al señalar que un incremento del 8% en el precio podría afectar tanto a consumidores como a comercios, especialmente en el mediano plazo.
Sobre la preocupación de algunos padres de familia respecto al contenido violento, Pérezbolde recordó que los videojuegos ya cuentan con sistemas de clasificación, similares a los del cine y la música, que determinan para qué público son aptos. Estas clasificaciones consideran no solo la violencia, sino también el lenguaje, consumo de drogas, desnudos y otros temas. “No es únicamente violencia, sino otros factores lo que determinan si un videojuego es solo para adultos”, explicó.
Finalmente, recomendó a los padres de familia informarse antes de adquirir un videojuego para sus hijos y solicitar orientación en tiendas especializadas, las cuales tienen la responsabilidad de asesorar sobre la edad adecuada. Además, llamó a no estigmatizar a la industria. “No hay que satanizar a los videojuegos; hay algunos muy educativos y otros que incluso ayudan en temas neurológicos”, concluyó.
