El Dr. Max Rempel, fundador de la DNA Resonance Research Foundation, afirma haber detectado inserciones genéticas en humanos que podrían no tener un origen terrestre. Su estudio, aún sin revisión científica, analizó datos del Proyecto 1.000 Genomas y muestras de usuarios de servicios como 23andMe. En 11 familias, Rempel identificó variantes genéticas que no fueron heredadas por los padres, lo que interpreta como posible evidencia de intervención externa.
Según el investigador, estas inserciones podrían estar relacionadas con capacidades cognitivas superiores o con casos de supuestas abducciones extraterrestres. Sin embargo, expertos advierten que estas anomalías pueden explicarse mediante mutaciones de novo, un fenómeno natural y frecuente en genética humana. También existen en el genoma humano rastros de virus antiguos, integrados a lo largo de la evolución.
Nigel Watson, autor e investigador de fenómenos ufológicos, pide cautela: “Hablar de ADN alienígena sin pruebas sólidas es prematuro”. Por su parte, Rempel propone aplicar tecnologías más avanzadas como la secuenciación de nueva generación (NGS) para validar sus hallazgos, y busca familias voluntarias para continuar el estudio.
Por ahora, la hipótesis de una alteración genética de origen no humano sigue sin evidencia concluyente y permanece en el terreno de la especulación científica.
Fuente: Excelsior
