En el marco del Día Mundial del Orgullo Autista, el psicólogo Miguel Ángel Morales Guillén recordó que el Trastorno del Espectro Autista (TEA), es una condición que ha sido históricamente discriminada y estigmatizada.
En entrevista para XEU Noticias, destacó que la celebración busca romper con esa invisibilidad y promover una mayor comprensión y aceptación.
Detalló que el TEA es una discapacidad que pertenece al grupo de los trastornos del neurodesarrollo, lo que significa que hay afectaciones en el desarrollo de ciertas habilidades en los primeros años de vida. Específicamente, se observan desfases en el desarrollo sociocomunicativo, como el contacto visual, la capacidad para señalar o responder a su nombre, y en habilidades prelingüísticas.
Morales Guillén explica que "hay desfases en la adquisición del contacto visual, en la habilidad para señalar, y en el lenguaje", aunque aclara que estos no son criterios exclusivos para su diagnóstico, sino indicadores tempranos de alerta.
Además, las personas con TEA suelen presentar alteraciones en la inflexibilidad cognitiva, lo que implica dificultades para hacer transiciones, cambiar rutinas o juegos, y estas características suelen persistir toda la vida. Sin embargo, las manifestaciones en la adultez pueden ser más sutiles, pero las dificultades en habilidades comunicativas y sociales continúan presentes, afectando su integración social. Como comenta Guillén, "las fallas en habilidades comunicativas van a continuar en la vida adulta, pero ya se manifiestan de maneras más sutiles".
Un aspecto fundamental que destaca el psicólogo es la importancia de la aceptación social. Él señala que "es muy peligroso y delicado afirmar que esas condiciones no existen", ya que negar la existencia del TEA "lo que hace es invisibilizar problemas". La negación o minimización de esta condición impide que las personas reciban la atención y los apoyos necesarios, perpetuando la discriminación y la exclusión.
Guillén también invita a la sociedad a tener una actitud de apertura y tolerancia, ya que muchas barreras que enfrentan las personas con TEA no son solo por sus dificultades, sino por actitudes del entorno. "Las barreras con las que se enfrentan tienen más que ver con cuestiones actitudinales en el entorno que con sus déficits", afirma, resaltando que la discriminación y la falta de comprensión son obstáculos que afectan su calidad de vida.
En conclusión, entender y aceptar el autismo como una condición que forma parte de la diversidad humana es fundamental para construir una sociedad más inclusiva.
Como señala Guillén, "reconocer la existencia de la condición y tener apertura y tolerancia son pasos clave para que las personas con TEA puedan desarrollarse plenamente y ser visibles en todos los ámbitos".