La semana pasada, Blue Origin confirmó que la cantante Katy Perry viajará al espacio a bordo del New Shepard. La noticia, sin duda, abre la puerta a reflexionar sobre si estos viajes son solo un lujo reservado para millonarios o son el primer paso hacia una nueva era de exploración espacial que, eventualmente, pueda ser accesible para todos.
Perry se suma así a una lista de celebridades que ya han experimentado la ingravidez en la frontera del espacio, como el actor William Shatner, famoso por su papel de Capitán Kirk en Star Trek, quien con 91 años se convirtió en 2021 en la persona de más edad en viajar al espacio.
"Fue lo más profundo que he vivido. Ver la Tierra desde el espacio es un recordatorio de lo frágil y hermosa que es nuestra existencia", dijo la estrella de Hollywood.
Más recientemente, el presentador de televisión y aventurero español Jesús Calleja también completó esta experiencia, la que describió como "una de las más impactantes de su vida".
"Mirar la Tierra desde arriba te cambia la perspectiva. Te das cuenta de lo frágil que es nuestro planeta y de cómo estamos todos conectados. Es una experiencia que te hace valorar mucho más la vida y el mundo en el que vivimos", declaró tras su regreso.
El auge del turismo espacial
"Lo que estamos viendo ahora es el nacimiento de una industria. No es muy diferente a lo que sucedió con la aviación comercial en sus inicios, cuando solo los más ricos podían permitirse volar", explicó Manu Mazzanti, editor de ExploracionEspacial.News y una de las voces más autorizadas en Estados Unidos sobre divulgación de misiones espaciales.
"En ese momento, los vuelos eran un lujo inalcanzable para la mayoría. Hoy, tomar un avión es algo cotidiano. Lo mismo sucederá con los viajes espaciales", aseguró.
El experto destaca que el rol de las celebridades en estos viajes también cumple un propósito estratégico.
"Cuando un personaje famoso como Katy Perry va al espacio, se genera una gran atención mediática. Eso puede despertar el interés de nuevas generaciones por la exploración espacial y la ciencia. No es solo una cuestión de dinero; es parte de una estrategia para normalizar estos viajes y hacer que el público los vea como algo alcanzable", subrayó.
Accesible, por ahora, solo para algunos bolsillos
A pesar de que el precio de un viaje suborbital con Blue Origin ronda el millón de dólares, los requisitos físicos para participar no son tan restrictivos como podría pensarse.
"No se necesita un entrenamiento de astronauta. Si no tienes problemas graves de corazón y puedes soportar fuerzas como esas, puedes hacerlo. Jesús Calleja, por ejemplo, relató que el momento más impactante del viaje fue la transición entre la ingravidez y el regreso a la gravedad terrestre, algo que describió como 'una sacudida brutal, pero inolvidable'", recordó Mazzanti.
Los viajes suborbitales de empresas como Blue Origin y Virgin Galactic ofrecen solo unos minutos de ingravidez, pero ya hay planes para experiencias más prolongadas en órbita. "Estamos viendo cómo SpaceX, por ejemplo, está trabajando en misiones de varios días que podrían llevar turistas alrededor de la Tierra sin necesidad de acoplarse a la Estación Espacial Internacional", dijo Mazzanti.
"Estas misiones orbitales aún son extremadamente costosas, pero marcan el camino para que en un futuro el turismo espacial sea algo común", agregó.
Planes de futuro
Las compañías espaciales insisten en que su objetivo es democratizar el acceso al espacio en un futuro relativamente cercano. "Queremos que en el futuro cualquiera pueda viajar al espacio", ha declarado Blue Origin en varios comunicados. Virgin Galactic, por su parte, enfatiza que "cada lanzamiento nos acerca más a hacer del espacio un destino habitual".
Según Mazzanti, la tendencia se hace cada vez más evidente. "Ahora mismo, estos viajes están reservados para unos pocos, pero eso va a cambiar. A medida que la tecnología avance y se logren economías de escala, los costos disminuirán. En unos 20 o 30 años, podría ser tan común como tomar un avión", señaló.
Incluso, el experto aseguró que no sería tan descabellado pensar que en un futuro no tan lejano, podría ser normal que los viajeros espaciales incluso pudieran reservar sus boletos en agencias de turismo y elegir entre distintos paquetes de experiencia en el espacio. "Lo que hoy parece una locura, en unas pocas décadas podría ser parte de la vida cotidiana", concluyó Mazzanti.
Pero tocará esperar. Por ahora, los viajes espaciales siguen siendo un lujo.
VOA/ doh