Un equipo de investigadores ha desvelado la sorprendente capacidad de supervivencia de unos organismos planctónicos gelatinosos, conocidos como medusas peine aunque no son exactamente medusas, que llegan a fusionarse entre dos individuos para seguir viviendo cuando resultan heridos.
Así lo describe un estudio recogido este lunes en la revista Current Biology fruto del estudio del comportamiento de ejemplares de ‘Mnemiopsis leidyi’, un ctenóforo tentaculado originario de las aguas costeras del oeste del Océano Atlántico, en un tanque de agua de mar en el laboratorio.
Los científicos han visto cómo, tras resultar heridos, dos individuos de medusa peine sincronizan rápidamente sus contracciones musculares y fusionan sus sistemas nerviosos y aparatos digestivos para compartir el alimento y convertirse en un solo ejemplar.
El estudio comenzó cuando a los investigadores les llamó la atención un espécimen de un tamaño especialmente grande entre los ejemplares de Mnemiopsis leidyi que tenían en un tanque de agua de mar en el laboratorio.
Los científicos advirtieron que este ejemplar de más tamaño parecía tener dos extremidades posteriores y dos estructuras sensoriales en lugar de una, por lo que sospecharon que podría ser resultado de la fusión de dos animales.
Para averiguarlo, cogieron a otros individuos, les hirieron, extrayendo de ellos lóbulos parciales, y los colocaron juntos por parejas, viendo que en 9 de cada 10 ocasiones los dos ejemplares acababan fusionados en uno solo, que sobrevivía al menos 3 semanas tras la herida.
Un estudio posterior demostró que, tras una sola noche, los dos individuos originales se convertían en uno sin separación aparente entre ellos.
Cuando los investigadores pincharon en uno de los lóbulos, todo el cuerpo fusionado reaccionó con una respuesta de sobresalto lo que indicaría que los sistemas nerviosos de los dos individuos también quedaron completamente fusionados.
“Nos sorprendió observar que la estimulación mecánica aplicada a un lado del ejemplar fusionado provocaba una contracción muscular sincronizada en el otro lado”, explica uno de los autores, el investigador de la Universidad británica de Exeter, Kei Jokura.
Observaciones más detalladas mostraron que los ctenóforos fusionados tuvieron movimientos espontáneos durante la primera hora tras la cual el ritmo de contracciones de cada lóbulo empezó a sincronizarse más.
Al cabo de solo dos horas, el 95 % de las contracciones musculares del animal fusionado estaban completamente sincronizadas, indican.
A continuación, observaron que el aparato digestivo de los dos animales también se había juntado: cuando una de las bocas ingirió un camarón marcado previamente con fluorescencia por parte de los investigadores, las partículas de alimento se abrieron camino a través de un intestino fusionado.
El animal expulsó el desecho de alimento por ambos anos, aunque no al mismo tiempo.
Los investigadores quieren seguir investigando para desentrañar los mecanismos moleculares tras la fusión de los dos individuos de medusa peine, ya que, como recuerdan, las investigaciones con este tipo de organismos es fundamental para lograr avances médicos en humanos.
Con información de EFE / Foto: Pexels /