Un juez de control vinculó a proceso a dos agentes de la Guardia Nacional imputados por la muerte de una niña de 9 años de edad, durante un ataque armado ocurrido el pasado 13 de julio, en la carretera federal 57, en San Luis Potosí.
Los dos elementos enfrentarán un proceso por los delitos de homicidio calificado con alevosía y ventaja por la muerte de la menor, y el de homicidio calificado en grado de tentativa contra el menor de 15 años y dos tripulantes más que viajaban en el vehículo baleado, padre y madre de la niña asesinada.
El juez de Control decretó la medida cautelar de prisión preventiva, por lo que deberán permanecer recluidos en el penal de La Pila durante los dos meses de la investigación complementaria.
Para la aplicación de la medida, se estableció que existe un alto riesgo de sustracción de la justicia porque la pena prevista para los delitos que se les imputaron tienen una penalidad de hasta 60 años de cárcel.
Asimismo, el juez señaló que existe riesgo de fuga porque el día de los hechos, los elementos, luego de disparar en contra del vehículo particular abandonaron el lugar y tuvieron que ser presentados ante el juez mediante una orden de aprehensión.
En la reanudación de la audiencia inicial luego de que se cumplió el plazo de la duplicidad del término constitucional, los agentes solicitaron declarar para su defensa.
Por su parte, Roberto “N” y Guillermo “N” explicaron que actuaron en el cumplimiento de su deber; porque repelieron una agresión armada. Afirmaron que, desde el vehículo Sentra en donde viajaba la familia, les lanzaron ponchallantas y les dispararon, por lo que consideraron que había un inminente riesgo contra su integridad y les dispararon.
Los agentes señalaron que ese día realizaban patrullajes en la carretera federal 57, cuando recibieron el reporte de que un chofer de tráiler había sido despojado de su unidad y que los sospechosos habían huido en una camioneta Jeep Liberty en color rojo, por lo que se dieron a la tarea de ubicarla.
Relataron que en el recorrido, lograron visualizar un vehículo con esas características y se percataron que de ese automóvil descendieron tres hombres armados y que luego abordaron el auto Nissan Sentra, por lo que iniciaron la persecución.
Según señalaron, fue entonces que los tripulantes del Sentra no acataron los comandos de voz para detenerse y comenzaron a lanzar disparos y artefactos metálicos, por lo que el agente Roberto “N” les disparó.
Con ese testimonio, la defensa solicitó al juez aplicar una excluyente responsabilidad porque presuntamente actuaron en el cumplimiento de su deber.
Mientras que el juez afirmó que este testimonio no era creíble porque en el Sentra en donde viajaba la familia no se encontraron armas ni equipo bélico y tampoco se demostró que viajaran más tripulantes y la patrulla de la Guardia Nacional no tenía daños ni impactos de arma de fuego.
Tampoco se localizaron en la carretera los artefactos metálicos que supuestamente les lanzaron a los policías ni otros casquillos percutidos más que los que dispararon los guardias nacionales.
El Juez de Control apuntó que el relato de hechos no justifica el actuar de los elementos, quienes hicieron uso de la máxima fuerza extrema que puede utilizar un agente policiaco.
Señalan que el vehículo Sentra tenía 14 impactos de arma de fuego de alto calibre de uso excesivo de las fuerzas armadas, y uno de los disparos penetró en el cráneo de la menor, quien viajaba dormida en el asiento trasero del vehículo.
Fuente: Milenio / Foto: Archivo
