Opinión

La educación con tintes decepcionantes

Por Otto Granados


Una de las grandes tragedias de estos últimos años es que la contracción económica en el país empieza ya a arrojar costos y daños sumamente preocupantes en materia educativa, como por ejemplo, el hecho de que a nivel nacional el desempleo entre las personas que tienen educación superior ha aumentado hasta el 31%, según los datos del INEGI al mes de julio de este año. Lo que quiere decir que 3 de cada 10 personas sin empleo pasó en algún momento por la Universidad o incluso completó una carrera. Pero además, de acuerdo con una Encuesta Nacional reciente, el 54% de los egresados dicen que tienen más dificultades ahora para conseguir un empleo. Esto pone en un serio dilema al país, a los padres de familia que aspiran a tener hijos con la educación superior y desde luego, los jóvenes que esperan que una carrera les facilite su trayectoria personal y profesional. Ahora bien, ¿por qué está ocurriendo este fenómeno? Por varias razones, la primera es desde luego, porque la economía no crece y si una economía no crece, entonces no hay producción. Y si no hay producción, pues no se generan los empleos en la calidad y la cantidad suficientes para satisfacer la demanda de quienes quieren ingresar al mundo laboral. La segunda razón es que hay un exceso de egresados, pero de disciplinas que posiblemente no sean las que más necesita la economía en un momento determinado en México.

Más de la mitad de la matrícula universitaria está concentrada en carreras tradicionales como las Ciencias Sociales, que no son necesariamente las de más rápida colocación laboral. Por ejemplo, según la OCDE, de 8 de cada 10 empleos más innovadores y mejor pagados están en áreas no tradicionales como el desarrollo urbano, la ciencia de datos, la biotecnología, la robótica, la cibernética o el medio ambiente, entre otras, y es posible que no haya suficientes profesionales en estas disciplinas. Miren ustedes: En el primer trimestre de este año, las contrataciones de ingenieros en software en varios países aumentaron entre 228 Y 724%, en cambio, hay otras donde sobran, como por ejemplo los abogados. Y les doy un dato, desde la década de los años 90 la cantidad de escuelas de Derecho en México ha crecido de manera constante y significativa en el ciclo 1997, 98, por ejemplo, existían 364 instituciones de educación superior que ofrecían esa carrera de derecho y para 2019, 2020 ese número aumentó a casi 2000. La tercera razón para el desempeño universitario puede radicar en que hay problemas de calidad o bien, brechas en materia de habilidades y de competencias en México. En, México cerca del 50% de las empresas dicen que están teniendo dificultades para cubrir vacantes porque los egresados no dan el perfil que están necesitando o porque sus habilidades técnicas no son las óptimas para lo que están buscando, y eso naturalmente dificulta la contratación. La cuarta es que, como sucede en muchas otras actividades, la calidad de las distintas instituciones de educación superior es muy variada, hay buenas, regulares, malas y pésimas, y esto, naturalmente supone un obstáculo adicional para emplearse en trabajos atractivos y bien remunerados. Y lo último es que hay que darle una muy buena pensada a ver si lo que me conviene es un programa corto de educación superior de 2 años o 2 años y medio, o uno tradicional de cuatro años y medio o de hasta 6 años, hay que añadir que para ciertas disciplinas, los programas cortos están teniendo mucho más éxito que los tradicionales, por ejemplo, en México, menos del 5% de los muchachos están en programas cortos, mientras que en países como Chile o como Colombia andan entre el 23 y el 30%.


El mensaje es que todos tienen derecho, por supuesto a ir a la Universidad tradicional, pero quizá haya muchos jóvenes a los que les conviene más ir a programas de técnico superior o equivalentes que tienen mejores perspectivas. En suma, el país, las familias, los jóvenes hacen un gran esfuerzo por acceder a la educación, pero para que tengan éxito y para que les sirva deben pensar muy bien qué estudiar, dónde estudiar, qué especialidades son las más demandadas y de esa forma tomar la mejor decisión. De otra forma, la experiencia de educativa a nivel superior puede ser decepcionante.