Más de una decena de familias indígenas tzotziles, víctimas del desplazamiento forzado desde hace nueve años por la violencia que se vive en la región, hicieron un llamado este lunes en el estado mexicano de Chiapas, sureste del país, al Gobierno estatal para su "reubicación integral".
“Han pasado nueve años desde el trágico desplazamiento forzado que sufrimos (...) Desde entonces hemos vivido en condiciones de extrema vulnerabilidad”, manifestó Araceli Cruz, portavoz de las 14 familias desplazadas, quien también recordó que en ese periodo ocurrió la desaparición y asesinato de su familiar Guadalupe Cruz Hernández.
Desde 2016 este grupo de personas indígenas, originarias del municipio de Chenalhó, se vieron obligadas a abandonar su hogar debido a enfrentamientos entre grupos armados que los expulsaron de su territorio, por lo que ahora viven hacinados en un campamento provisional ubicado en el municipio de San Cristóbal de las Casas, donde afirman estar sometidos a condiciones inhumanas.
Con la intención de mejorar las condiciones de vida de estas familias, Cruz exigió al actual gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez, una "solución integral y diálogo directo" con las autoridades, pues aseguró que al momento "no hay una ruta de trabajo clara" para garantizar su seguridad y vivienda digna.
"Estamos pidiendo justicia, queremos una solución definitiva, una reubicación integral que nos permita rehacer nuestras vidas en paz con acceso a vivienda, tierra, salud, educación, trabajo", sostuvo.
Actualmente las familias conformadas por niños y adultos mayores, sobreviven en viviendas precarias edificadas con techos de lámina y tejas entreabiertas que las expone a bajas temperaturas y lluvias en un territorio propenso a ciclones tropicales, de los cuales se esperan hasta 20 en esta temporada de 2025.
Ante esta situación, Alonso Gutiérrez, padre de familia de ocho hijos, comentó a EFE que las condiciones en estos campamentos siempre fueron "pésimas", ya que los espacios son muy reducidos, por lo que ellos mismos tuvieron que hacer arreglos para mejorar la calidad de vida de los integrantes.
"Por el techo entra el agua y el frío, los que más sufren son los niños y bebés, pues aquí estamos viviendo. Hemos protegido el techo con plástico pero el sol y el agua lo rompen", apuntó Gutiérrez, también indígena de la comunidad tzotzil.
Organizaciones locales e internacionales han señalado que no existe una cifra exacta de personas en situación de desplazamiento forzado pero calculan que en los últimos años entre 16.000 y 21.000 personas han sido desplazadas internamente en Chiapas.
El desplazamiento forzado es cuando las personas se ven obligadas a dejar sus hogares o huyen debido a la violencia, los conflictos, las persecuciones y las violaciones de los derechos humanos como sucede con conflictos agrarios en Chiapas.
Con información de EFE/Foto: EFE/atf