Mérida.- Los espeleobuzos de origen argentino Cristian Selun y Arnaldo Marucco encontraron restos de un oso perezoso gigante en el cenote Dzombakal de la comisaría de San Antonio Mulix, municipio de Umán, en el estado de Yucatán, en el sureste de México.
“Los colegas Fabián López y Ricardo Atocha habían explorado la entrada de la cueva inundada en 2021 y dos años después, fuimos al lugar para investigar el sitio nuevo y mi colega Aldo encontró huesos gruesos y grandes”, contó a EFE Selun, quien cuenta con 12 años de experiencia en el espeleobuceo en la Península de Yucatán.
A unos 22 metros de profundidad, tomaron medidas del lugar y los restos óseos para enviar la información al paleontólogo Jerónimo Avilés Olguín, “quien identificó que los huesos pertenecen a especies extintas”.
El mexico-argentino, que vive desde hace 23 años en Mérida, encontró en 2018 dientes de megalodón en un cenote de Homún, en un sitio que se ubica en el anillo de cenotes de Yucatán.
“El espeleobuceo me ha dejado grandes satisfacciones, desde mostrar un nuevo mundo bajo el agua, encontrar restos óseos de animales extintos, hasta explorar una de las tres cuevas más grandes de Yucatán”, agregó.
“Tengo pendiente el registro de un felino, cuyos huesos están en investigación, en breve sabremos a qué especie pertenece”, anticipó.
Por su parte, el paleontólogo mexicano radicado en Puerto Morelos, Quintana Roo, Jerónimo Avilés, dijo que: los restos óseos sí pertenecen a una especie de perezoso gigante del género Nothrotheriops, extinto hace más de 10.000 años.
“Es la primera vez que se encuentran restos de esa especie en Yucatán, pero de los caballos no, ya que antes fueron hallados en otros sitios, como Loltún, donde se registraron 179 restos de Equus conversidens”, aseguró el espeleobuzo con 20 años de trayectoria como paleontólogo.
El experto explicó que para llegar a este diagnóstico analizó un fémur del perezoso gigante que pertenece a la familia de los Nothrotheriops y probablemente a la especie shastensis, conocida y registrada en múltiples cuevas inundadas de Quintana Roo y Belice.
De los restos de huesos de caballo, abundó, se encontraron 14 elementos que presentan similitudes a la familia Equidae, género Equus y probable especie conversidens en base con su morfología, talla y distribución durante el Pleistoceno.
Sobre el hallazgo de sus colegas de origen argentino manifestó que es importante, ya que “son especies extintas”.
Avilés Olguín confirmó que el hallazgo fue reportado a María José Gómez Cobá del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)y “ya está protegido por la Ley”.
Otros de los trabajos del paleontólogo fue la descripción de dos especies nuevas de perezosos gigantes extintos descubiertos en cenotes de Puerto Morelos, “no se conocían, tuve el privilegio de nombrarlas”.
No toquen nada
Cristian Selun manifestó que la Península de Yucatán es vasta en cenotes y los espeleobuzos podrían encontrar piezas arqueológicas o restos óseos, pero pidió, en caso de que alguien realice el hallazgo, no tocar nada.
“No toquen nada para no deformar la historia y saber si la evidencia quedó así porque se cayó o quizá la posición se debió a que lo tapó una piedra, lo más importante es preservar el hallazgo y no olvidar que los cenotes son lugares sagrados para los antepasados mayas”, aseveró.
EFE/ doh