La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) respalda con profundo compromiso el llamado realizado por la Arquidiócesis Primada de México para establecer una tregua nacional de paz con motivo de las fiestas de Nuestra Señora de Guadalupe y la Navidad.
Esta iniciativa busca invitar al cese de la violencia armada y la comunicación hostil. En un país donde la violencia ha dejado dolorosas cicatrices en las familias y polarización entre los actores sociales, esta propuesta invita a reflexionar y actuar en favor de la reconciliación, el respeto y la dignidad humana.
El 12 de diciembre, millones de mexicanos nos unimos para celebrar a Santa María de Guadalupe Reina de la paz, cuyo mensaje de amor y misericordia sigue siendo fuente de esperanza y reconciliación. Es nuestro deseo que esta fecha, símbolo de unidad nacional, inspire a todos a guardar silencio en las armas y dar espacio a la paz.
La Iglesia Católica en México hace un llamado a los diferentes sectores de la sociedad, tanto políticos como religiosos, a sumarse a esta causa. Que estos días de fe y devoción sirvan para demostrar que la paz no solo es posible, sino necesaria. Si logramos este pequeño paso, fortaleceremos el camino impulsado por el Diálogo nacional por la paz que busca construir una paz duradera para todos los mexicanos.
En este tiempo de Adviento, mientras nos preparamos para celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, renovamos nuestro compromiso de trabajar por una sociedad reconciliada, donde las familias puedan sentarse juntas en la mesa de Navidad sin la sombra del luto causado por la violencia.
Pedimos la intercesión de la Virgen de Guadalupe y del Niño Jesús para que este llamado inspire acciones concretas que lleven esperanza y consuelo a quienes más sufren: familias buscadoras, víctimas de la violencia, migrantes y aquellos que viven en situaciones de vulnerabilidad. Invitamos a todos los católicos a unirse con la Oración por la paz que en meses anteriores hemos promovido desde todos nuestros templos.
Que el nacimiento de Dios entre nosotros, manifestado en el niño de Belén, sea un verdadero regalo de paz y esperanza para México.