El fenómeno de las ocupaciones ilegales de viviendas ha generado tal nivel de preocupación en España que hay personas que prefieren no salir de vacaciones por temor a que su casa sea invadida, afirmó el periodista español Juan González Bedoya, en entrevista con XEU.
“Ha habido grupos organizados para ocupar viviendas. Y al mismo tiempo ha surgido una empresa que se llama Desokupa que actúa pues por la brava”, explicó el periodista al referirse al crecimiento del llamado movimiento okupa, que consiste en la toma de casas o departamentos vacíos, ya sea por necesidad o de forma abusiva.
González Bedoya detalló que, aunque no se trata de un fenómeno masivo, sí ha alcanzado suficiente notoriedad para generar temor social y convertirse en un tema central del debate político en España.
“Yo creo que son casos muy llamativos, sin duda alguna, uno al día o varios al día, pero no es la generalidad. El Estado tiene mecanismos y los está buscando, pero intenta endurecerlos para defenderse en una situación como esa”, comentó.
El periodista describió cómo la ocupación ilegal de casas puede convertirse en un proceso largo y desgastante para los dueños de las viviendas.
“No puede ser que un ciudadano o una familia ocupe una vivienda por la brava y que de pronto el propietario se pase meses, incluso años para desalojarlo”, advirtió. “La ocupación además supone también el destrozo de la vivienda. Mucho tiempo, mucho gasto en abogados, en procedimientos judiciales”.
Señaló que, ante la falta de respuesta efectiva del Estado, han proliferado las empresas de seguridad privada.
“La sociedad tiene miedo, las empresas de seguridad hacen el agosto y la gente teme irse de vacaciones o cuando deja el piso de vacaciones teme que el año que viene o al mes siguiente esté ocupado”, dijo.
El fenómeno, agregó, ha ido creciendo en el contexto de una crisis de vivienda en España, donde los precios del alquiler se han disparado y los salarios resultan insuficientes.
“La juventud prácticamente emplea el 80% del salario en un alquiler. Ha habido unos incrementos anuales en torno al 10%”, apuntó. “El problema de la vivienda se está agravando de manera terrible”.
Aunque reconoció que muchas personas ocupan viviendas por necesidad, advirtió que también existen quienes abusan y aprovechan los vacíos legales para despojar a otros de sus bienes.
“Una cosa es el problema de la vivienda y otra cosa es el delito y el abuso que producen una serie de personas que ocupan una propiedad privada, y que el Estado es incapaz de resolver mediante la intervención de la fuerza pública”, subrayó.
González Bedoya concluyó que el Estado debe garantizar la protección de la propiedad y resolver los casos de ocupación con mayor rapidez y contundencia:
“El Estado tiene que hacer una ley que resuelva eso inmediatamente. No digo que en un día, pero sí en una semana. Y que el señor que haya producido la ocupación y haya ocasionado daños… lo pague. No diré que con cárcel —que sale gratis—, sino con multas que tenga que pagar”.