La tensión entre Israel e Irán ha escalado a un nuevo nivel. El reciente ataque israelí contra territorio iraní no fue un acto aislado ni sorpresivo, sino el resultado de una estrategia exterior que, según la internacionalista Cinthia de la Portilla, apunta a debilitar la influencia regional del régimen iraní.
"Israel ha mantenido una política de ataques preventivos contra lo que considera puntos estratégicos para frenar la expansión de Irán en la región", explicó Cinthia de la Portilla en entrevista con XEU. Sin embargo, advierte que estas acciones no siempre se sostienen con evidencia clara de una amenaza directa por parte de Irán.
La reacción iraní aún está por definirse. Una respuesta fuerte podría desatar un conflicto de mayor escala en una región marcada por tensiones históricas, rivalidades religiosas, intereses energéticos y una geopolítica volátil. “Irán tiene capacidad de responder, no solo a Israel, sino incluso a sus aliados, como Estados Unidos”, alertó la especialista.
Uno de los temores centrales es el potencial nuclear iraní. Pero De la Portilla aclara: “Hasta ahora, el programa nuclear de Irán ha sido exclusivamente energético. No hay pruebas contundentes de que se produzca armamento nuclear”. Aun así, la sola sospecha alimenta tensiones, en un contexto donde Israel y EE. UU. ya poseen armas nucleares en la región.
La disputa también tiene un fuerte componente económico. Irán es uno de los principales productores de crudo del mundo, con vastas reservas en el Mar Caspio y potencial sin explotar en el Golfo Pérsico. Cualquier agresión en su contra puede afectar el suministro global de petróleo, sacudiendo mercados y economías, incluida la mexicana.
“El aumento de los precios del crudo derivado de esta tensión puede generar inflación y crisis económicas en países como México, que dependen fuertemente de los energéticos”, advirtió De la Portilla.
Aunque se espera una respuesta medida por parte de Irán, el riesgo de que el conflicto se expanda es real. Teherán mantiene vínculos con grupos armados como Hezbolá en Líbano, Hamás en Palestina y los hutíes en Yemen. Estos aliados podrían actuar como extensiones de su respuesta.
“Podemos pasar de un conflicto bilateral a una guerra regional con crisis humanitarias devastadoras. La red iraní en Medio Oriente está activa y podría reaccionar”, advirtió la internacionalista.
México, aunque distante geográficamente, no está exento del impacto. “Nuestra relación con Estados Unidos y la volatilidad de los precios del petróleo nos obligan a actuar con cautela. Las guerras siempre nos afectan. No hay ganadores: se pierden vidas, economías, infraestructura y, sobre todo, oportunidades de construir en conjunto”, concluyó Conthia de la Portilla.
La comunidad internacional se encuentra, una vez más, ante un punto de quiebre. Las próximas horas y la respuesta de Irán podrían definir el futuro inmediato de una región, y tal vez, del mundo entero, alertó.
Foto: EFE