El 3 de junio de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que impone aranceles del 50% a las importaciones de acero y aluminio, medida que entrará en vigor el 4 de junio. Este incremento duplica los aranceles previos del 25% y busca contrarrestar la competencia desleal de productores extranjeros, especialmente de China y Rusia, que, según la administración estadounidense, han inundado el mercado con metales a precios artificialmente bajos.
La decisión se basa en la Ley Comercial de 1962 y no en la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales de 1977 (IEEPA), que ha sido objeto de controversia legal. Aunque una corte había bloqueado previamente parte de la política arancelaria de Trump, este fallo fue suspendido en apelación, permitiendo la implementación de los aranceles específicos al acero y aluminio.
Los países más afectados por esta medida incluyen a Canadá, Brasil, México, Corea del Sur y Vietnam en el caso del acero, y a Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China en el del aluminio. Canadá, el principal proveedor de acero y aluminio a Estados Unidos, ha expresado su preocupación por las posibles repercusiones económicas y ha anunciado medidas de represalia.
Esta acción forma parte de una estrategia más amplia de Trump para proteger la industria estadounidense y reducir el déficit comercial. Sin embargo, ha generado tensiones diplomáticas y podría desencadenar una serie de represalias comerciales por parte de los países afectados.
Fuente: Financial Times