Al menos tres personas murieron, 46 resultaron heridas y siete más se encuentran desaparecidas a raíz de un ataque de fuerzas israelíes contra civiles palestinos en un centro de distribución de ayuda humanitaria en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, según un comunicado difundido por el Gobierno gazatí en su canal de Telegram.
La información oficial del Gobierno de la Franja de Gaza tacha el ataque de "masacre" y acusa a las fuerzas israelíes de disparar munición real contra civiles “hambrientos” que se encontraban en estos puntos de entrega de ayuda humanitaria, gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), una organización estadounidense que cuenta con apoyo israelí.
La oficina gazatí sostiene que este ataque se produce en un contexto de “bloqueo y hambruna continua durante más de 90 días” y lo enmarca en lo que describe como un “plan de genocidio y desplazamiento forzado” en la Franja.
El Gobierno del enclave califica de fracaso el proyecto israelí de distribuir ayuda en “zonas de contención”, señalando que los centros colapsaron ante la llegada masiva de personas necesitadas.
Este martes, cientos de personas saltaron las vallas e irrumpieron sin control en una de las zonas de distribución de ayuda gestionadas por la GHF, confirmaron a EFE fuentes de ONG en el terreno.
La fundación aseguró en un comunicado que "en un momento de la tarde, el volumen de gente en el punto de distribución era tal que el equipo de GHF tuvo que retirarse para permitir a un pequeño número de gazatíes tomar la ayuda con seguridad y disiparse".
Por su parte, el Ejército de Israel admitió que lanzó "disparos de advertencia" en la zona fuera del complejo para dispersar a las multitudes, pero también se difundió la versión que las tropas abrieron fuego desde helicópteros contra la población.
A principios de mayo, el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la creación de la GHF, una organización privada registrada en Ginebra e integrada por exmilitares estadounidenses, empresas de seguridad y operadores humanitarios, que el martes comenzó a distribuir ayuda alimentaria en el sur de Gaza en coordinación con Israel.
Este nuevo esquema, que busca sustituir al sistema gestionado por la ONU, ha sido criticado por Naciones Unidas y organizaciones humanitarias, que advierten sobre la falta de neutralidad, el riesgo de desplazamientos forzados y la insuficiencia de la ayuda entregada, en medio de una grave crisis humanitaria y restricciones al acceso de suministros esenciales.
Desde el inicio de la guerra, el Ministerio de Sanidad gazatí cifra en más de 53.900 los muertos y más de 123.000 los heridos en la Franja, mientras la ofensiva israelí continúa y la población desplazada se concentra en áreas cada vez más reducidas.
Fuente EFE