El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, celebró este martes la fuerte recuperación que el sector automotriz del país ha experimentado en los últimos dos años, tras haber caído a mínimos de producción y ventas.
Lula visitó una planta de la multinacional japonesa Nissan en la ciudad de Resende, en el estado de Río de Janeiro, y recordó que en 2010, cuando concluyó el segundo de sus primeros dos mandatos, en Brasil "eran vendidos más de 3,5 millones de automóviles por año", una cifra que para 2022 había caído a 1,6 millones.
El líder progresista atribuyó parte de esa reducción a la pérdida de poder de compra de los trabajadores, con salarios que, sobre todo entre 2016 y 2022, subieron siempre por debajo de la inflación.
Esa tendencia se revirtió en 2023, cuando Lula volvió al poder y estableció una norma que garantiza incrementos del salario mínimo por encima de la inflación, lo cual, según el mandatario, "puso el dinero a circular otra vez, para que las personas puedan consumir".
De acuerdo a datos oficiales, en 2024 se vendieron en el país 2,6 millones de automóviles, una recuperación que ha sido acompañada por un creciente interés del sector productivo.
En los últimos dos años, las empresas automotrices han anunciado inversiones en Brasil por el orden de los 130.000 millones de reales (unos 22.400 millones de dólares) hasta 2030.
En el caso de Nissan, la inversión desde 2023 alcanzó los 2.800 millones de reales (unos 482 millones de dólares) y ha sido dirigida a la fabricación de una nueva versión del utilitario Kicks y de un SUV que será presentado próximamente.
Nissan opera en Brasil desde el año 2000, pero solo comenzó a fabricar sus vehículos en el país en 2004, cuando fue inaugurada la planta de Resende, que tiene capacidad para producir unos 200.000 automóviles por año, destinados tanto al mercado nacional como a la exportación.
Fuente EFE