El presidente de EE.UU., Donald Trump, recibirá este martes en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en su primera reunión con un líder extranjero desde su regreso al poder, y con el futuro de Gaza y la posibilidad de un acuerdo de normalización con Arabia Saudí como temas clave en la agenda.
La cita supone un respaldo internacional para Netanyahu, especialmente tras la orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI), cuya jurisdicción Washington no reconoce y cuya decisión ha condenado enérgicamente.
Se espera que ambos líderes aborden una amplia variedad de asuntos, entre ellos el futuro de la Franja de Gaza, la normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí y la creciente tensión con Irán, que el año pasado atacó a Israel en dos ocasiones con misiles y drones.
Este lunes, en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, Trump se mostró escéptico sobre la posibilidad de un alto el fuego duradero en Gaza. "No tengo garantías de que la paz vaya a mantenerse", afirmó en vísperas de su reunión con Netanyahu.
Incertidumbre sobre la tregua
El encuentro coincidirá con el inicio de las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás para la segunda fase del acuerdo de tregua, en la que se prevé la liberación de todos los rehenes israelíes en Gaza y el establecimiento de las bases para el fin definitivo de la guerra.
Hamás, que ha reafirmado su control sobre Gaza desde el inicio del alto el fuego el 19 de enero, ha advertido que no liberará más rehenes hasta que se acuerde el fin de la guerra y se retiren las fuerzas israelíes del enclave.
Netanyahu, por su parte, enfrenta una creciente presión dentro de su coalición de Gobierno con ministros ultraderechistas como Bezalel Smotrich amenazando con derribar el Ejecutivo si, una vez concluida la primera fase de la tregua, no se reanudan los combates en la Franja.
Trump, por su parte, no ha dado señales claras sobre cuál será su estrategia en el conflicto de Gaza. Aunque es un firme aliado de Israel, la prensa israelí asegura que ya ha comunicado a Netanyahu que no quiere que el país reanude los combates en la Franja.
Trump ha prometido acabar con las guerras en Oriente Medio y, además, se ha atribuido el mérito de haber facilitado el acuerdo de alto el fuego vigente, que en su primera fase permitió la liberación de 13 israelíes y 5 tailandeses a cambio de más de 500 presos palestinos.
Sin embargo, su aparente intención de poner fin a la guerra no implica mejoras para los gazatíes. Al contrario, desde su regreso al poder ha levantado sanciones contra colonos israelíes acusados de violencia contra palestinos y ha descongelado un envío de bombas pesadas a Israel, pausado por su antecesor, Joe Biden (2021-2025).
Durante su primer mandato, Trump ya tomó varias decisiones en favor de Israel, como el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén, el reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán y la negociación de los Acuerdos de Abraham, que permitieron a Israel establecer relaciones diplomáticas con varios países árabes.
Un pacto entre Israel y Arabia Saudí, la gran apuesta de Trump
Más allá de la tregua en Gaza, Trump busca aprovechar la reunión para relanzar su aspiración de lograr un acuerdo entre Israel y Arabia Saudí, un objetivo que ya persiguió en su primer mandato (2017-2021) y que también intentó sin éxito la Administración de Biden.
Arabia Saudí ha mostrado interés en firmar un acuerdo con Israel, pero ha puesto como condición recibir garantías estratégicas de EE.UU., como un pacto de defensa, y ha dejado claro que no habrá acuerdo sin la creación de un Estado palestino.
La forma que tomaría un eventual Estado palestino aún está por definir, especialmente debido a la postura tanto de Trump como de Israel.
En los últimos días, el presidente estadounidense ha insistido en que Jordania, Egipto y otros países árabes deberían aceptar más refugiados palestinos procedentes de Gaza, una propuesta que ha sido rechazada de plano tanto por varias naciones árabes.
Netanyahu, por su parte, rechaza cualquier intento de usar la fórmula de la "solución de dos Estados" para resolver el conflicto.
Una relación personal a prueba
Más allá de los temas a tratar, la atención estará puesta en los gestos entre los dos líderes y en el estado actual de su relación personal.
Durante el primer mandato de Trump, ambos mantuvieron una relación cercana, pero posteriormente el expresidente estadounidense se sintió traicionado cuando Netanyahu felicitó a Biden por su victoria en las elecciones de 2020, en las que Trump denunció sin pruebas un supuesto fraude electoral.
Desde entonces, el primer ministro israelí ha buscado recomponer la relación. En julio del año pasado viajó a la mansión de Trump en Florida para reunirse con él antes de las elecciones y, tras su victoria en noviembre, fue de los primeros líderes en felicitarlo.
Con información de EFE / Foto: EFE