La tasa de mortalidad por cáncer sigue disminuyendo en Estados Unidos, donde se registra una reducción histórica del 34 % desde 1991, según el más reciente informe anual difundido por la American Cancer Society (ACS) que sin embargo advierte sobre un aumento de la incidencia de la enfermedad en mujeres y jóvenes.
Este descenso equivale “a la salvación” de aproximadamente 4 millones de vidas en tres décadas, explicó Jonathan Villena, profesor asistente de Cirugía Torácica en el New York-Presbyterian/Weill Cornell Medical Center.
“Los avances en la detección temprana, como mamografías, colonoscopías y tomografías para cáncer de pulmón, han sido clave para identificar tumores en etapas tempranas, lo que aumenta significativamente las probabilidades de supervivencia”, explicó el doctor Villena, quien también es portavoz de la ACS.
El informe señala además una creciente preocupación por el aumento de incidencia en mujeres de entre 50 y 64 años y en adultos jóvenes, en los que se ha documentado un repunte alarmante de casos. Según Villena, que formó parte de la investigación, esta tendencia puede estar relacionada con factores de riesgo prevenibles como el tabaquismo, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol.
“El tabaquismo ha sido históricamente una causa predominante en hombres, pero en las décadas de 1960 y 1970, más mujeres comenzaron a fumar, lo que podría explicar el incremento en los casos de cáncer entre ellas”, señaló el especialista, al tiempo que subrayó que el cáncer de mama, tiroides, páncreas y pulmón son los más frecuentes en mujeres jóvenes.
Por su parte, Rebecca Siegel, que también es coautora del informe, remarcó que “la disminución en el consumo de tabaco, la mejora en el tratamiento y la detección temprana continúan disminuyendo la probabilidad de muerte por cáncer”.
Avances médicos
Los progresos en inmunoterapia y terapias dirigidas han revolucionado el tratamiento del cáncer. “Hoy en día, utilizamos el sistema inmunológico para combatir ciertos tipos de cáncer y aplicamos tratamientos personalizados basados en mutaciones específicas, lo que ha salvado innumerables vidas”, comentó el cirujano torácico.
Sin embargo, persisten desafíos significativos, especialmente en términos de equidad en el acceso a la atención médica. Las poblaciones de bajos ingresos, incluidas muchas personas latinas, enfrentan barreras para acceder a exámenes de detección rutinarios.
“Sabemos que la población latina, especialmente las mujeres, a menudo priorizan a sus familias sobre su propia salud. Es crucial que entiendan que cuidarse a sí mismas es cuidar a toda la familia”, instó el portavoz de la ACS.
El estilo de vida saludable juega un papel fundamental en la prevención del cáncer. Cerca del 40 % de los casos podrían evitarse al abordar factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. “La obesidad fue una epidemia en los años 80, y hoy estamos viendo las consecuencias. El cáncer, en muchos casos, se desarrolla en un lapso de 20 a 30 años”, explicó el especialista basado en Nueva York.
En cuanto a las tendencias positivas, los médicos el auge entre los jóvenes de adoptar estilos de vida más saludables, incluyendo la disminución en el consumo de alcohol. “Es alentador ver que estas modas pueden tener un impacto directo en la salud pública y en la reducción de ciertos tipos de cáncer”, apuntó.
Diagnósticos y desigualdades
El informe prevé 2.041.910 nuevos diagnósticos de cáncer en 2025, lo que equivale a 5.600 casos diarios. Aunque la incidencia en menores de 14 años ha disminuido, persisten desigualdades preocupantes.
“La creciente incidencia en las mujeres jóvenes y de mediana edad que están criando hijos y apoyando a otros miembros de la familia es alarmante y rememora los inicios del siglo XX, cuando el cáncer era más común en las mujeres, y puede ser un indicador del panorama futuro del cáncer”, apuntó Siegel.
Las personas nativoamericanas y afroamericanas enfrentan tasas de mortalidad significativamente más altas en comparación con otros grupos, subrayando la necesidad de políticas públicas más inclusivas y programas de salud específicos.
“El diagnóstico temprano sigue siendo la mejor herramienta para salvar vidas”, reiteró el doctor Villena. “Conocer la historia familiar y realizar exámenes de rutina puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, concluyó.
VOA/ doh