El ciudadano británico de 18 años Axel Rudakubana, acusado del asesinato el 29 de julio de tres niñas durante un taller de música sobre Taylor Swift en Southport (noroeste de Inglaterra), se declaró este lunes culpable en un tribunal de Liverpool, aunque no dio "muestras de remordimiento", según la fiscalía.
Al comenzar hoy el juicio, Rudakubana también admitió el intento de asesinato de otros ocho menores y dos adultos, la producción de ricina, una toxina biológica, y la posesión de un manual de entrenamiento de Al Qaeda, por lo que el juez ha decidido dejar el juicio visto para sentencia, que se conocerá este jueves, según medios británicos.
En esta primera vista, el joven, que tenía 17 años en el momento de los ataques, solo habló para responder "culpable" a cada uno de los 16 cargos que se le imputan, entre los que se encuentran los de asesinato, intento de asesinato, posesión de un cuchillo y un delito de terrorismo.
"Ha sido un ataque atroz que ha dejado una huella imborrable en nuestra comunidad y en la nación por su salvajismo y falta de sentido", dijo a los medios la fiscal del caso, Ursula Doyle, que añadió que el acusado tenía "un interés enfermizo y sostenido por la muerte y la violencia" y que "no ha dado muestras de arrepentimiento".
En la vista, el juez del caso, Julian Goose, pidió disculpas a las familias de las víctimas, que no acudieron a la sesión, por no poder escuchar la confesión del acusado ya que no estaba previsto que se produjera, y añadió que "es inevitable que la sentencia que se le imponga sea equivalente a la cadena perpetua".
Durante la sesión preliminar al juicio, Rudakubana guardó silencio durante toda la audiencia, lo que llevó a la corte a rechazar por defecto las imputaciones en su contra.
El acusado acuchilló a Alice da Silva Aguiar, de 9 años, Elsie Dot Stancombe, de 7, y Bebe King, de 6, en el estudio de danza Hart Space en la zona de Meols Cop en Southport, donde también intentó asesinar a otros ocho menores y a la profesora de danza Leanne Lucas y al empresario John Haytes.
Después del suceso, que provocó una gran conmoción, la desinformación en las redes sobre su supuesta condición de musulmán y solicitante de asilo desencadenó una oleada de violencia xenófoba en el Reino Unido durante varios días, a pesar de que Rudakubana es británico nacido en Gales de padres ruandeses, y durante el proceso se supo que está diagnosticado de autismo.
Los altercados, incitados principalmente por grupos de extrema derecha y con carácter islamófobo y racista, acabaron con más de 1.000 arrestos tras registrarse ataques a mezquitas y albergues de solicitantes de asilo, así como saqueos, quema de automóviles o lanzamiento de objetos a la policía.
Con información de EFE