Activista iraní se cose los labios en apoyo al periodista de VOA que se suicidó

Imagen Activista iraní se cose los labios en apoyo al periodista de VOA que se suicidó

Por: Daniella Ovalle

Teherán.- El activista iraní Hosein Ronaghi se ha cosido los labios y realiza sentadas en diferentes partes de Teherán en apoyo de Kianush Sanjari, quien se suicidó la semana pasada para protestar contra la represión en Irán.

“Continúo con los labios sellados y la promesa que hice”, afirmó Ronaghi en un mensaje en X en el que publicó una foto en la que aparece con los labios cosidos.

El activista anunció que este viernes realizará una sentada en el barrio de Ekbatan, donde se han producido numerosas protestas, a una hora sin especificar y después se iría.

“No soy capaz de pelear ni de resistirme”, afirmó en un aparente mensaje a las autoridades iraníes, en el que advirtió que se negará a beber agua o tomar medicinas si es encarcelado.

“En mi última conversación con mi interrogador antes de que me cosiera los labios dije que de mí sólo quedará una cosa para la República Islámica, y es un cuerpo, un cadáver”, dijo Ronaghi, quien ha sido encarcelado en varias ocasiones en el pasado y que ha sido calificado por Amnistía Internacional como un “preso de conciencia”.

El activista de 39 años aseguró que continua “el camino de Kianush, incluso si ya no me queda vida y ya no existo”, dijo.

Ronaghi anunció que protestaría de esta manera el sábado pasado, días después de que se suicidara Sanjari y al igual que él pide la liberación de los encarcelados activistas Fateme Sepehari, Nasrin Shakrami, Arsham Rezaei y Tomaj Salehi.

El lunes realizó una sentada con los labios sellados en la céntrica plaza de Valiars de la capital iraní, por lo que fue detenido brevemente. En días posteriores ha repetido la acción.

Sanjari anunció el miércoles 13 en X que se suicidaría si las autoridades no liberaban a los cuatro activistas detenidos en las protestas de 2022 desatadas por la muerte de Mahsa Amini, detenida por no llevar bien puesto el velo islámica.

Una vez que las autoridades no cumplieron con su petición se quitó la vida para protestar contra lo que denominó la “dictadura de (líder supremo) Jameneí”.

El experiodista había pasado años encarcelado y llegó a ser ingresado en un hospital psiquiátrico, donde denunció que sufrió torturas como electrochoques y le ataban a la cama.

EFE/ doh

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