China culpa a extranjeros de incitar a protestas recientes

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Los dirigentes chinos están acusando a “fuerzas hostiles”, e incluso a extranjeros, de incitar las recientes manifestaciones en ciudades y universidades, que han presentado el mayor desafío interno al gobierno de Beijing desde las protestas de la Plaza de Tiananmen en 1989.

En juego está la legitimidad del Partido Comunista con el cuestionamiento de los manifestantes al manejo de la pandemia de COVID-19. El gobierno ha usado métodos represivos, como test masivos, cuarentenas y confinamientos que han resultado en un gran desempleo y pérdidas económicas.

Sorprendido, el gobierno está manejando la situación con cautela. Aunque se han reportado algunas instancias de violencia policial, la represión estatal no ha alcanzado la magnitud que inicialmente se temía.

El gobierno está recurriendo más a la propaganda para evocar sentimientos nacionalistas y usando métodos políticamente divisivos para hacer frente a algunos de los problemas resaltados por los manifestantes, dicen los analistas.

“Tenemos que acabar resueltamente con la actividades de infiltración y sabotaje de fuerzas hostiles de acuerdo con la ley, acabar resueltamente con los actos ilegales y criminales que trastornan el orden social y mantener la estabilidad”, dijo el martes la Comisión Central de Asuntos Políticos y Legales del Partido Comunista en un comunicado.

Una niña con una máscara facial y montada en un scooter pasa junto a un trabajador con traje protector que se dirigía a recolectar muestras de COVID de los residentes encerrados en Beijing, el 1 de diciembre de 2022.

El analista político Zhiqun Zhu, de la Universidad de Bucknell, dijo que la nota es una referencia directa a fuerzas exteriores que tratan de avivar un conflicto político.

“Las definiciones de ‘actividades de infiltración’ y ‘sabotaje’ son muy amplias. Hasta un periodista extranjero reportando en el lugar es visto con sospecha”, explicó Zhu a la Voz de América. “Los mensajes y comentarios en las redes sociales sobre las potestas también son considerados como que añaden leña al fuego”.

“En este contexto, los extranjeros que hacen comentarios críticos sobre las protestas o entran en contacto con manifestantes son fácilmente culpados de instigar, dar forma y guiar las manifestaciones”, añadió.

Los analistas señalan que al culpar de las protestas a los extranjeros y los gobiernos extranjeros Beijing puede alentar sentimientos nacionalistas que debilitan al movimiento de protestas.

Se calcula que hubo 43 protestas en 22 ciudades de China entre el sábado y el lunes, según el Instituto Australiano de Política Estratégica, y algunos analistas dicen que desde entonces las manifestaciones se han propagado a otras ciudades y pueblos.

Fuente y foto: VOA/ doh

Editor: Redacción xeu
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