El papa Francisco emitió el mes pasado un documento llamado Ad charisma tuendum, que entró en vigor el 4 de agosto y en el cual realiza diversos cambios en la poderosa organización Opus Dei, la cual fue fortalecida y protregida durante el pontificado de Juan Pablo II.
Los objetivos principales de la reforma son “proteger el carisma” y “promover la acción evangelizadora que sus miembros llevan a cabo en el mundo”, según el texto que da un duro golpe a la institución que hasta hace poco se percibía como intocable.
Juan González Bedoya, periodista del diario españo El País, afirma que se trata de una modificación que ya "se veía venir" pues siempre se han creído "por encima del bien y del mal".
Tan solo basta recordar que el fundador de la agrupación, Josemaría Escrivá de Balaguer, calificó de "patán" al papa Juan XXIII; tachó de "Papa Político" y "masón" a Pablo VI, es decir "el conflicto venía de lejos".
Cuando Francisco fue elegido, ese organismo encabezado por el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, inició una campaña de desprestigio en su contra creyendo que pronto comenzaría una "revolución" al interior de la iglesia católica.
"Francisco ha tomado nota y lo que no se atrevieron a hacer los otros papas lo ha hecho degradando, de alguna manera, o metiendo en cintura al Opus Dei mediante un motu proprio que se titula Ad charisma tuendum, es decir, para titular el carisma".
¿Los nuevos enemigos del Papa?
"Ya lo son, ya lo son; este Papa tiene enormes enemigos internos (...) Ya son su principal enemigo, yo creo, pero hay otros cardenales que encabezan la oposición calificándole de arma líos o incluso de hereje, como el cardenal alemán, Müller, que fue el presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, vija inquisición".
Con los cambios el líder del Opus Dei ya no tendrá el nivel de obispo; la organización deberá presentar un informe anual con todas sus actividades y el “cumplimiento de su obra apostólica”; y ahora ahora estará bajo la supervisión del Dicasterio del Clero.
