"Debió matarme a mí", afirmó Salvador Ramos, de 42 años, padre del tirador de Texas del mismo nombre que mató a 19 niños y dos maestras de una escuela primaria en Uvalde, Texas.
Pidió perdón por la masacre causada por su hijo, revelando que no había pasado mucho tiempo con el joven, debido a la pandemia y a que no trabaja en Uvalde.
Aseguró que nunca esperó que su hijo que hiciera algo así, justificando su ausencia porque su madre padecía cáncer y él no podía arriesgarse a contraer COVID-19 por ella, lo cual su hijo tomaba con frustración y por lo cual el joven le dejó de hablar hace aproximadamente un mes.
Lamentó que nunca más verá a su hijo de nuevo, tras ser abatido luego de que matara a los 19 niños y a dos maestras de primaria.
Fuente:ElUniversal/foto:VOA/doh