La incrustración de un insecto en la piel, conocido como pulga de arena, que mide menos de un milímetro, causa la enfermedad llamada tungiasis.
La revista The New England Journal of Medicine da a conocer el caso de una niña de apenas 10 de edad, que se fue de viaje al Brasil rural, donde jugaba con una pocilga sin usar zapatos ni calcetines, y regreso a su casa con puntos negros en los pies.
Luego de 10 días con el padecimiento, sus padres la llevaron a una clínica de atención primaria.
La menor presentaba dolor, además de pápulas en la piel (sin pus ni serosidad), y comezón en la planta y en los dedos.
Los médicos le retiraron varios insectos y los múltiples huevos que habían puesto dentro de cada una de las ampollas, diagnosticándole así tungiasis.
Esta es una infestación de la piel causada por la hembra de la pulga de arena Tunga penetrans, que es un ectoparásito que se encuentra en las zonas tropicales y subtropicales del mundo.
La niña, quien había recibido todas las vacunas recomendadas contra el tétanos, recibió un tratamiento que incluyó la eliminación de los insectos y el cuidado de las heridas.
Marianna Barbosa y el doctor Adauto Barbosa, médicos de la Universidad Federal Fluminense de Río de Janeiro que analizaron el caso, explicaron que las soluciones tomadas permitieron que la niña se recuperara completamente y sin presentar complicaciones añadidas.
La enfermedad es conocida popularmente como nigua o pique en Perú, Paraguay y Venezuela o kuti, en Bolivia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la tungiasis afecta a los humanos y a los animales por igual.
El 99 por ciento de las lesiones se producen en los pies, siendo los dedos, suela, borde lateral y el talón sus sitios predilectos para la incrustación.
Aquí la imagen del los pies con "tungiasis", dadas a conocer por The New England Journal of Medicine.
Fuente:The New England Journal of Medicine/Foto:IlustrativaArchivo/JAC