La visita del director general del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama, a la Clínica-Hospital de Orizaba derivó en una serie de reclamos de derechohabientes por deficiencias en el servicio, que incluyeron falta de medicamentos, maltrato y retrasos en la atención.
Lo que comenzó como la entrega de credenciales permanentes a jubilados y pensionados cambió cuando una maestra jubilada tomó la palabra en el auditorio y exigió explicaciones por el cierre del consultorio periférico de Ciudad Mendoza. Su intervención expuso el impacto de la clausura para la población de ese municipio y zonas cercanas.
La docente relató que adultos mayores deben desplazarse hasta Orizaba para recibir atención médica, a pesar de que muchos requieren apoyos para movilidad. Describió que las personas llegan desde las 4:00 de la mañana y pueden esperar hasta siete u ocho horas sin saber si serán atendidas.
Ante la presión, Batres escuchó la intervención y afirmó que el consultorio de Ciudad Mendoza será reconstruido antes de que concluya la administración federal, pero no ofreció una fecha concreta.
Tras el primer reclamo, más derechohabientes se acercaron al funcionario para exponer problemas recurrentes en la clínica: falta de medicamentos, retrasos en traslados médicos, extravío de expedientes y tratos inadecuados. Algunos señalamientos fueron dirigidos al propio director del hospital, Rogelio Roberto Guerrero Bustamante.
Fuente y Foto: AVC/atf
