La Arquidiócesis de Xalapa afirmó a través de su comunicado dominical que los ciudadanos de Veracruz y México esperan resultados reales de los políticos del país, pues nadie ve con buenos ojos el desabasto de medicamentos y la carencia de equipo médico para atender pacientes en hospitales públicos.
A continuación, el comunicado:
El evangelio de San Lucas presenta y describe todo lo referente a la misión de los 72 discípulos, que son enviados por Jesús para anunciar la buena noticia de la llegada del reino de Dios y de una vida nueva por el perdón de los pecados. En un primer momento, parece que el cumplimiento de las instrucciones precisas, el modo de llevar a cabo esta misión y sus resultados son lo más importante para Jesús, pero no es asi; Cristo mismo reorienta y señala la fuente de esta gran alegría de los discípulos hacia otro punto distinto y más decisivo: "No se alegren que los demonios los obedezcan sino que los nombres de ustedes estén escritos en el cielo" (Lc 10,20). ¿Qué significa este expresión de Jesucristo? Significa la vivencia de ser de Dios.
La gran alegría para todos es pertenecerle a Dios. El gran gozo es sentirse amado por Dios y vivir la vida divina que Él ofrece a todos. En Él radica la verdadera plenitud de la alegría del ser humano. Todo lo demás llega como fruto de esta pertenencia a Dios.
La expectativa de ver resultados reales de los proyectos políticos, económicos, sociales y culturales sigue viva en cada ciudadano mexicano y veracruzano, pues la abundancia de recursos naturales de México y la altísima dignidad de las personas así lo demandan y presuponen. Nadie se siente satisfecho que en México más de 30 millones de mexicanos sigan sumergidos en la exclusión y en las condiciones estructurales de pobreza. Nadie ve con buenos ojos que haya desabasto de medicamentos básicos y hospitales carentes de equipos necesarios para atender a los enfermos necesitados de un trato digno, acorde a su gran dignidad. Pero sobre todo, duele que no haya un trato recíproco entre las personas y que se utilice a cada ser humano para conseguir los propios fines.
¿Cómo encontrar caminos reales para que todos generen un auténtico desarrollo para cada ciudadano? El sendero de la caridad cristiana es la respuesta pues ésta da la posibilidad de formar una humanidad nueva. El amor cristiano es la principal fuerza impulsora del crecimiento pleno de cada persona y de toda la humanidad. La vivencia de la caridad cristiana hace que cada persona se descubra como hijo amado de Dios y orientado a una vida inspirada por la caridad y la misericordia. Vivir la existencia de este modo es una exigencia que forma parte del núcleo del mensaje de Jesús y constituye la esencia del modo de ser y vivir según el evangelio. Todo lo demás vendrá por añadidura pues la gran tarea de todos es responder y comprometerse con estas exigencias esenciales.