El grito de miles de mujeres se hizo presente en las calles del centro de Xalapa en el marco del 8 de marzo. Ellas salieron a apropiarse de los espacios públicos con una exigencia al unisono: “Alto a la violencia”.
En la marcha que salió desde el Teatro del Estado había niñas, adultas mayores, jóvenes, mujeres en silla de ruedas, otras que al no poder marchar regalaban desde sus comercios agua fría.
Otras más desde su espacio, vendían pañuelos a 50 pesos para “apoyar a la marcha” y con ello buscaron el pan para su familia.
Las muchas salieron a recordarle a las autoridades que la lucha sigue siendo la misma: gritar y marchar por las que ya no están, por las que estuvieron y fueron arrebatadas y por aquellas que aún estando siguen viviendo violencias.
“¿Si es tiempo de mujeres dónde está la gobernadora?”, fue el grito de cientos de mujeres al llegar frente a un Palacio de Gobierno vacío, de cuya fachada cuelgan pendones morados y una lona con la leyenda “todos los derechos, todos los días, todas las mujeres”
El Palacio de Gobierno, recién pintado de blanco, se convirtió en el lienzo en el que denunciaron a sus agresores.
A pesar de que mujeres policías las escoltaron durante toda la marcha no se interpusieron cuando muchas de ellas usaron las paredes del Palacio como “Pizarro de denuncia”.
Ni las láminas de metal colocadas cuidadosamente para proteger la torre de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) quedaron sin uso, pues con colores verde, rojo y morado fueron testigos de las denuncias.
Ya en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada la Batucada Fem esperaba al mayor contingente; usando garrafones y baquetas cantaron “bienvenida, hermana aquí está tu manada”.
En el círculo central una menor de edad acaparó el centro de la atención al marchar junto con su hermana, una niña aún menor que ella. Mientras su madre las veía, el numeroso grupo de mujeres coreó al unísono: “vivan las infancias”.
El momento culminante ocurrió cuando juntas entonaron la “canción sin miedo” que resonó en todo el primer cuadro de la ciudad.
En este sitio hubo comercios que regalaban agua y comida a quienes marcharon; otros, en cambio, optaron por bajar sus cortinas de metal ante el paso de las mujeres.
Fuente:AVC