La Arquidiócesis de Xalapa aseguró que en las épocas de Navidad se abre la posibilidad de integrar al desarrollo a tantos mexicanos y veracruzanos que se encuentran en el frío abandono de los que pueden hacer algo por ellos, bloqueados por el rechazo social , atrapados por la pobreza y las injusticias económicas, marginados por la droga de las falsas promesas
A través de su comunicado dominical, la Arquidiócesis de la capital veracruzana detalló que el tiempo de navidad está llegando a nuestras vidas para creer alegre y profundamente en la encarnación del Hijo de Dios que ha querido compartir la vida humana y acompañar a la persona en todas sus limitaciones y sufrimientos. Ante la llegada de la navidad, el Evangelista San Lucas presenta a la Virgen María como una persona que se olvida de sí misma y acude con presteza en ayuda de los desvalidos (Lc. 1,39). Este modo de vivir de la Virgen refleja claramente la alegría por el nacimiento del Mesías que viene a poner su morada entre nosotros. Creer y vivir como él nos ha enseñado es la verdadera navidad en toda la catolicidad mexicana.
Vivir la navidad es creer en la encarnación del Hijo de Dios para que, a ejemplo de la Virgen, se pueda ayudar a integrarse al desarrollo a tantos mexicanos y veracruzanos que se encuentran en el frío abandono de los que pueden hacer algo por ellos, bloqueados por el rechazo social , atrapados por la pobreza y las injusticias económicas, marginados por la droga de las falsas promesas o sencillamente se encuentran vacíos de alegría y de toda esperanza porque se ven violentados en sus derechos humanos fundamentales.
Navidad es la fiesta de Dios con nosotros y de nosotros con Dios para transformar las estructuras sociales, económicas y políticas con las acciones sencillas y simples de cada día. Navidad es reconocer que el Mesías de Dios ha venido gratuitamente a toda persona para estar llenos de confianza y esperanza ante todas las problemáticas que se viven en México y Veracruz. Navidad es la alegría que da el Mesías para servir y ayudar a los más desvalidos. La Navidad es la apertura al Mesías que nos reviste de la gran dignidad de ser hijos de Dios.