En adviento abramos el corazón a la esperanza para una igualdad social, económica y espiritual: iglesia

Imagen En adviento abramos el corazón a la esperanza para una igualdad social, económica y espiritual: iglesia

Por: Daniella Ovalle

La Arquidiócesis de Xalapa destaca que en este inicio de adviento para todos, abramos el corazón a la esperanza de Jesucristo para vivir vigilantes, despertar de la frivolidad y asumir una igualdad social, económica y espiritual para todos, sin privilegiar a ninguno pero sin excluir a nadie.

A continuación el comunicado de la Arquidiócesis de Xalapa:

¡Levántense, alcen la cabeza; anden con cuidado!

El adviento ha llegado a todos los bautizados. Este tiempo espiritual de preparación recuerda que Jesucristo fue un creador incansable de esperanza. Se lee  en el Evangelio de San Lucas (21, 28) unas palabras que no han perdido su actualidad: ¡Levántense, alcen la cabeza; anden con cuidado! Todavía existen personas que matan la esperanza y embotan su vida de muchas maneras pues viven cada día según la divisa romana de “comamos y bebamos que mañana moriremos”. Por eso, se debe andar con cuidado en la vida pues se puede caer fácilmente en la misma actitud de embotar la vida teniendo únicamente como máximo ideal la satisfacción de las apetencias y del disfrute propio,  dando de este modo muerte a la esperanza.

Uno de los efectos más graves y generalizados de vivir en una sociedad como la nuestra, que sufre la patología de la abundancia de unos pocos, es  la frivolidad o la ligereza en el planteamiento de los tantos problemas que nos aquejan como sociedad mexicana y xalapeña. Esta promoción y cultivo de lo frívolo se traduce en incoherencias fácilmente detectables en los campos de la cultura, la política, la economía, la sociedad y de los gobiernos que están al frente de nuestra nación y de nuestro estado.

Una sociedad satisfecha en sus propias apetencias y gustos personales no desea un cambio radical para bien de todos, pues el presente le satisface y le basta; una sociedad satisfecha no ve las injusticias, los sufrimientos y la absurda desigualdad social de cada ciudadano. Una sociedad satisfecha considera el mundo en que se vive como el único cielo que a toda costa se quiere mantener, este tipo de sociedad puede darse el lujo de no esperar nada mejor. En este inicio de adviento para todos, abramos el corazón a la esperanza de Jesucristo para vivir vigilantes, despertar de la frivolidad y asumir una igualdad social, económica y espiritual para todos, sin privilegiar a ninguno pero sin excluir a nadie.

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