El cantante mexicano Carlos Rivera llega este viernes de gira a España para celebrar 20 años de carrera, un país que considera "un amuleto de buena suerte" pues tuvo mucho que ver con su supervivencia artística cuando, tras ser proclamado la gran promesa de México con solo 18 años, el éxito decidió hacerse esperar.
"De lo que me siento más orgulloso, sin duda, es de no haber abandonado", aseguró a EFE en una charla en la que, como en su actual 'tour', aprovechó para recordar una andadura que comenzó en 2004 como ganador de 'La Academia', que era entonces el mayor concurso de talentos de México.
De aquellos días rememora la explosión súbita de fama y dinero, también las expectativas, cuando el productor musical Arturo López Gavito, llegó a declarar: "Aquí está el nuevo ídolo de México".
"Cuando vives un éxito grande es imposible que no te mueva; era para volverse loco", reconoce Rivera (Huamantla, 1986), que vio, sin embargo, cómo "pasaron muchos años en los que se fue enfriando" su carrera tras la publicación de su primer álbum homónimo en 2007.
Premio a la constancia
Fue el teatro lo que le "salvó la vida", dice, y en su empeño por convertirse en el mejor actor que pudiese llegar a ser, hace trece años apareció la oportunidad de protagonizar el musical de 'El Rey León' en Madrid.
"Literalmente eso me cambió la vida y la carrera", subraya el cantante, que permaneció dos años en la producción antes de, envalentonado, volver a probar suerte en la música y recoger los frutos de la constancia con su tercer disco, 'El hubiera no existe' (2013).
Hasta ese trabajo no le llegó la ocasión de cantar sus propias canciones, que escribía desde los ocho años. "Como no toco instrumentos, era muy raro que se me comprara la idea de que era un compositor. En la discográfica me decían: 'Tú solo cantas'", rememora.
En ese punto, confiesa que coló sus canciones, sin decir nada, entre los temas que habían enviado "muchos grandes compositores" para ser escuchados en la compañía.
"Y resultó que las que más gustaron eran las mías", se felicita tras haber conseguido con el tiempo que dos de sus mayores éxitos, 'Que lo nuestro se quede nuestro' o 'Me muero', lleven solo su firma.
"Para mí fue un gran orgullo porque no fue fácil, ha sido un constante estar demostrando", reconoce. "Por eso me mantengo en un constante trabajo de aprendizaje y siento que no he dejado de empezar", añade el mexicano, que llegó a colaborar con el cineasta español Carlos Saura, ya fallecido.
Buena parte de todo ese recorrido se verá en esta gira, que inicia en la ciudad insular atlántica de Las Palmas este viernes, con una "mezcla de todas sus giras anteriores" y guiños incluso a su tiempo en 'La Academia' o en 'El Rey León'.
"Me encanta venir (a España) y me hace feliz siempre traer cosas nuevas. Este país ha sido como una especie de amuleto de la buena suerte", asegura Rivera, que no olvidará "un momento mariachi" en la interpretación de sus grandes éxitos.
EFE