De cara a 2026, los contribuyentes en México deberán enfrentar un escenario de fiscalización mucho más agresiva, advirtió el contador Jesús Ruiz. Entre las principales medidas se encuentran las llamadas visitas express, mediante las cuales la autoridad fiscal acudirá directamente al domicilio del contribuyente para verificar que cuente con activos, personal e infraestructura reales que respalden su actividad económica.
De no poder demostrar esta capacidad operativa, la autoridad puede considerar al contribuyente o a sus proveedores como empresas fantasma, es decir, entidades que facturan servicios o productos inexistentes. Esto incrementa de manera significativa el riesgo de recibir o deducir facturas falsas.
Una factura falsa no necesariamente es un comprobante mal elaborado, sino aquel que no tiene sustento real: el servicio no se prestó, el producto no se entregó o el proveedor no tiene la capacidad para hacerlo.
El contador Jesús Ruiz explicó que la clave está en reforzar el control interno y el compliance fiscal. Algunas recomendaciones prácticas son:
Conocer al proveedor: cuando se trate de operaciones importantes, es recomendable solicitar documentos básicos, como el acta constitutiva en el caso de personas morales, para verificar que su objeto social coincida con el servicio o producto facturado.
Contar con evidencia documental: conservar cotizaciones, correos electrónicos, contratos y cualquier comunicación que demuestre que la operación fue real.
Comprobar la entrega: en el caso de productos, guardar evidencia de la entrega material, como recibos, guías, fotografías o registros del lugar y fecha de entrega.
Revisar la capacidad operativa: asegurarse de que el proveedor tenga personal, infraestructura y medios suficientes para cumplir con lo que factura.
Estos elementos pueden ser determinantes en una revisión fiscal para demostrar ante la autoridad que la operación fue legítima y que el contribuyente actuó con diligencia.
Los riesgos son altos. De acuerdo con Ruiz, las reformas recientes al Código Fiscal de la Federación permiten que este tipo de operaciones puedan derivar incluso en acusaciones penales, como contrabando o delincuencia organizada. Además:
La deducción puede ser rechazada.
Se pierde el derecho a acreditar IVA.
Se deben pagar impuestos omitidos, actualizaciones y multas.
En ciertos casos, el contribuyente puede enfrentar procesos penales.
Un punto especialmente delicado es que, con los cambios legales recientes, el principio de “buena fe” prácticamente dejó de aplicarse. Hoy, la autoridad puede presumir culpabilidad desde el inicio, lo que vuelve indispensable contar con pruebas sólidas de cada operación.
Ante este panorama complejo, el contador Jesús Ruiz aconseja a los contribuyentes acercarse a su contador de confianza, hacer preguntas y asegurarse de que cuentan con asesoría clara y preventiva. La mejor defensa frente a una factura falsa es la prevención y el control interno, antes de que llegue una revisión del SAT.
