La hepatitis se puede convertir en cáncer hepático, si no se cuida, advierte UNAM

Por: Alexandra Burch
Imagen La hepatitis se puede convertir en cáncer hepático, si no se cuida, advierte UNAM

Eduardo García Castrejón, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, comenta en entrevista que las personas con hepatitis presentan fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náusea y/o vómito, dolor abdominal, orina oscura, heces color arcilla, dolor en las articulaciones e ictericia, es decir, coloración amarillenta de piel y ojos.

“Es una inflamación del hígado que ocurre cuando ese órgano se infecta por virus que pueden ser de cinco cepas que causan diferentes grados de gravedad en los pacientes; es un problema de salud pública que incluso puede ser mortal”, asevera en ocasión del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio.

Las cepas principales son la hepatitis A, B, C, D y E, que se diferencian en la forma de transmisión y en la gravedad que causa cada una. “B y C son las más graves, incluso la D cuando se asocia con B puede ser muy grave y mortal si no se atiende a tiempo con un adecuado tratamiento”. La A, frecuente en niñas y niños, puede provocar deceso si causa hepatitis fulminante y no se detecta de manera temprana, alerta el médico internista.

La más común es la viral, causada por algún o varios tipos de virus (A, B, C, D y E); la alcohólica es ocasionada por el consumo excesivo de bebidas de esta naturaleza; la tóxica por ciertos venenos, productos químicos, medicamentos o suplementos; mientras que la autoinmune es un tipo crónico en el que el sistema inmunitario ataca al hígado. Se desconoce la causa, pero la genética y el entorno pueden influir.

En general, las A y E se transmiten a través del contacto con alimentos o agua contaminados con las heces de una persona infectada. La segunda también se puede contraer al comer carne de cerdo, ciervo o mariscos poco cocidos.

B, C y D por la exposición con la sangre de quien tiene la enfermedad. La B y D además se pueden propagar mediante el contacto con otros fluidos corporales. Esto puede suceder de diversas maneras, como compartir agujas de drogas o tener relaciones sexuales sin protección.

García Castrejón revela que para el caso de México hasta 2020 se tenía un registro de 3 mil 978 en ese año, con una incidencia de 3.1 por cada 100 mil habitantes.

De B se cuantificaron 369, con una incidencia de 0.28 por cada 100 mil habitantes; y del tipo C, mil 366 con una incidencia de 0.6 por cada 100 mil habitantes. Aclara que ambas pueden estar infradiagnosticadas, ya que bastante gente no se realiza pruebas o estudios.

Problema de salud pública

La hepatitis es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1.3 millones de fallecimientos al año, señala un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según el documento publicado en la Cumbre Mundial sobre las Hepatitis, que se celebró en Lisboa, Portugal, a pesar de la mejora de las herramientas de diagnóstico y disminución de los precios de los productos, las tasas de cobertura de las pruebas y los tratamientos se han estancado.

Alcanzar el objetivo de la OMS de eliminarla para 2030 debería ser posible si se toman medidas rápidas ahora, entre ellas ampliar el acceso a pruebas y diagnósticos, reforzar la prevención en la atención primaria y movilizar un financiamiento innovador, considera el organismo.

Refiere que datos recientes de 187 países muestran que el número estimado de muertes por hepatitis víricas aumentó de 1.1 millones en 2019, a 1.3 millones en 2022. De estas, 83 por ciento fueron causadas por hepatitis B, y 17 por ciento por la C. Cada día mueren 3 mil 500 personas en el mundo debido a ambos tipos.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, los virus de B y C son causantes de 57 por ciento de los casos de cirrosis hepática y de 78 por ciento de cáncer primario de hígado.

García Castrejón subraya que la efeméride es significativa para generar conciencia sobre esta afección que, si no se cuida, puede producir algún tipo de cáncer (el hepático); también para difundir información, a fin de que la población tenga conocimiento de ella y la forma en que se transmite; además de la realización de pruebas de manera oportuna.